¿Qué le hace una mancha más al senado?
Los Senadores tenían ayer la oportunidad de corregir esta injusticia en virtud de la voluntad popular o de confirmarla en detrimento de ella y a favor de un concepto electoral controvertido. Obviamente que primó el espíritu de cuerpo de un grupete enquistado allí arriba y que se defienden con uñas y dientes (recordar el escándalo de las coimas, que todavía sigue dando vueltas por ahí). La mayoría del PJ (salvo Yoma) y buena parte del radicalismo ni siquiera presenció el debate. Solo aparecieron para sellar con su mano en alto y su boca cerrada este golpe a la democracia y a la política. Porque política consiste en discutir ideas públicamente y no en trenzar negociados a espaldas de todos. También me decepcionó que el dictamen fuera firmado por nuestra primera dama (la mismísima doña Cristina), tirando por la borda la tan elogiada transversalidad que pretende el gobierno y sumándose a la corporación del PJ duhaldista de forma tan poco delicada.
Lamentablemente, de los tres diarios principales que habitualmente consulto, solo Pagina 12 publicó este tema. Dejando entrever que tal vez este sea solo un problema de los pobres “zurditos” que no pueden ni rascar una banca en el Senado. Pero se trata de un agravio a lo poco que tiene de participativo nuestra democracia: el conteo de los votos: había más personas que lo querían a Bravo en el Senado que a Beliz.
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