¡Qué comienzo!
El 2008 arrancó como piña. Cambio de hora (aunque la Muni se haya olvidado de corregir el reloj), un volcán humeante acá a la vuelta, cortes de energía, rehenes desencontrados, despidos porteños, aumento de transportes, periodistas trompeados por custodios de la realeza (y viceversa*) y muchas cosas más. Aburrido no está.
(*) En El Rayado bancamos a la Bartoliche por no dejarse prepotear.
(*) En El Rayado bancamos a la Bartoliche por no dejarse prepotear.
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