Más sobre las Vacaciones Rayadas

Me quedaron (por ahora) un par de comentarios sobre las vacaciones:

Por un lado la perplejidad ante la inmensidad del país. Una amiga nacida en Barcelona (Montserrat) que está viviendo acá dice que se ponía (ahora se está acoostumbrando) muy inquieta ante la idea de recorrer más de 100km sin que hubiera pueblo o ciudad. Esto es así, y uno recorre las extensiones de tierra, en su mayoría con aspecto de estepa, y piensa qué se puede hacer con todo esto. Se han hecho maravillas con canales de riego, sin ir más lejos, en el Alto Valle. Por ejemplo en Valle Fértil, San Juan, nos dijeron que las tierras son buenas pero el problema es el agua, lo mismo pasa en Jachal, allí, si la minera compartiera un poco de lo que usa, ayudaría mucho, pero claro, no es negocio.

También llama la atención la forma en que la historia se hace presente en los caminos y las rutas:

Los Valles Calchaquíes, donde residían los Quilmes, y más al norte los Omaguacas se atrincheraron en sus Pucarás para resistir, por muchos años, al conquistador español. Viltipoco (curaca de Purmamarca) se la hizo pasar feo a los españoles hasta que fue capturado en 1594.

A pocos kilómetros de comenzar el camino de cornisa que une Salta y Jujuy (vieja Ruta 9), hay un cartel que declara que allí se encontraron Belgrano y Güemes durante la guerra contra los realistas.



Belgrano y otros patriotas pasaron por Posta de Hornillos (cerca de Maimará, en la Quebrada de Humahuaca), pero también los realistas, dependiendo de quien fuera dominando el territorio y mucho antes de eso, se dice que paraban por allí los chasquis, los correos de los incas.

En la ruta 34, cerca de la ciudad de Güemes (Pcia. de Salta), hay un cartel que recuerda la Masacre de Palomitas, un fusilamiento de prisioneros mal encubierto como enfrentamiento que tuvo lugar allí el 6 de junio de 1976.

En la ruta 38 saliendo de La Rioja, una ermita recuerda a Monseñor Angelelli, asesinado por la dictadura el 4 de agosto de 1976 mientras viajaba hacia Buenos Aires con una denuncia sobre el secuestro y asesinato de sus sacerdotes Gabriel Longueville y Carlos Murias, se le simuló un burdo accidente allí mismo.

A la vera de la ruta 79 está la localidad de Olta (también en La Rioja), donde fue asesinado el Chacho Peñaloza, archienemigo de Sarmiento. Allí fue sorprendido por el mayor Pablo Irrazábal, mientras desayunaba con su familia. A pesar de no oponer resistencia, el mayor le clavó una lanza en el vientre, lo hizo acribillar y le cortó la cabeza para exhibirla en una pica.