Aunque no la veamos, la ceniza está

Ya casi ni se habla de la ceniza del volcán. Incluso me resultó difícil obtener información actualizada. El motivo de esto último es, sencillamente, porque no se podían acercar a mirar debido a las malas condiciones climáticas. Recién el miércoles 21 pudieron volver a verlo después de varios días: confirmado, está vivito y escupiendo con ganas. Ahora se formó un nuevo domo de lava, indicando que todo sigue en marcha y que no hay vistas que afloje. Aparentemente la columna de piroclastos sería más baja y el viento se estaría llevando la ceniza hacia el sudeste, por eso no jode para este lado. Aparte, esta noche, hubo movimiento a la altura de El Bolsón.

Mientras tanto, por Bariloche, salvo la espolovoreada de hace dos semanas, no se vio nada más. Peeeero, el aeropuerto está cerrado y desde entonces no llega ni sale ningún vuelo:



Todas las mañanas, los estados de los vuelos aparecen normalmente y luego se van cancelando uno a uno. No se sabe el criterio, no hay informes de prensa ni del Servicio Meteorológico Nacional (dejó de emitir los alertas e informes que hacía día a día sobre la presencia de ceniza en el aire, parece que porque no las ven por satélite), ni de las compañías aéreas ni de la Fuerza Aérea para saber cómo se decide si un vuelo se cancela o no y, esto les compete a las compañías, qué hacer en ese caso con el pasaje en la mano. Más desconcierta aún el hecho que los aeropuertos de Neuquén y de Chapelco sí están operativos. Queda claro que la OACI instruye a no volar entre ceniza volcánica pero Neuquén está a 400 km de Bariloche y no hay altas cumbres entre uno y otro aeropuerto, así que no se entiende (desde el lego) por qué uno está operable y el otro no. Entonces aparecen las benditas teorías conspirativas, por ahora son dos las que tienen más rating:

1. Que LAN demandó al aeropuerto porque se le dañó una turbina por malas condiciones de pista (no sé si por la ceniza o por algún huemul que se cruzó) y que por eso el aeropuerto se calentó y se cerró para todos.
   
2. Que con este asunto de las subas de tarifas aéreas y la mentira de la "argentinización" de Aerolíneas, cambio de dueños, bla, bla, bla... dejan el tema así como está hasta la temporada alta.

Cuestión es que el aeropuerto de Comodoro también tiene vuelos cancelados, lo cual da por tierra con esta "animosidad" hacia el "pobre" Bariloche. Más bien parece que como no tienen forma de determinar que no hay nube de ceniza dando vueltas, por las dudas, no hacemos nada. Se supone que van a moverse los piolines cuando la temporada se acerque y la incertidumbre se termine definida por la cantidad de $$$ que se perderían sino llegan los vuelos.

A todo esto, los empresarios del turismo están empezando a ponerse nerviosos ante la posibilidad de una cancelación masiva de reservas por este motivo. De los visitantes más jugosos (los de alto NES) en riesgo están los brasileños que llegan por charter aéreo y el porteño concheto que se hace la "escapada" de fin de semana (alargado) a esquiar.

El plan de contingencia sería llegar vía Neuquén, pero está el tema de hacer aguantar a un guitudo sentado en un transfer durante 5 horas por una ruta que en la mitad de su extensión es un embole, sobre todo ante la perspectiva de poder ir a Chapelco o a Las Leñas (igual para muchos de estos es todo lo mismo). Ahora bien, ¿no podrá hacerse valer la chapa del "mejor centro invernal de sudamérica"? Es decir que el que "sabe", le gusta mucho esquiar y lo puede garpar, hará lo posible por llegar, aunque sea en parte por tierra. Visto y considerando que se vienen batiendo records de afluencia turística y que la capacidad está siempre saturada, en el peor de los casos podría pensarse en una temporada mala de ¿80%, 70% de ocupación? ¿deberían moderar sus precios los establecimiento apuntados al turista top para llegar al turista más rasca? ¿sería malo que no sean tan altos esos precios? ¿deberán de dejar de sobreexplotar un poco a sus empleados? ¿será tan malo eso? Esto dicho con todo respeto por los laburantes del turismo (que los hay muchos) que se animaron a largarse con sus emprendimientos por fuera de las grandes empresas concentradas y que, con motivos razonables, pueden ver peligrar sus previsiones, lo cual atenta contra su temprana existencia, claro. Pero a la vista de la regla de oferta y demanda, podría regularse por precios, es decir haciendo una oferta turística accesible para el que llega por tierra. Veremos qué pasa, puede ser interesante.