Noticias de Ayer (11SEP06)
Panorama semanal de noticias. Repasemos las tres o cuatro noticias más importantes de los últimos días.
Temas de fondo
Sobre política nacional, últimamente estamos dando vueltas sobre un grupo de temas que velan, de alguna manera, problemas de fondo, de mediano y largo plazo. En cuanto a la política partidaria tenemos el partido peronista único que por ahora es el único partido (valga la rebuznancia) que parece querer y poder gobernar, con los cuatro o cinco figurones fuertes que tiene. En cuanto a la política económica se sigue un modelo agroexportador con dólar alto y poco valor agregado, aprovechando la ventaja de los precios internacionales de nuestros commodities y la pobreza “aparece” contenida (o al menos arrinconada donde pocos la vean), la clase media está contenta con la inflación controlada. Cuando los medios dan espacio a las remanidas “olas de inseguridad”, es porque no hay noticias importantes, y justamente La noticia de la semana anterior tenía que ver con el virtual lanzamiento político de Blumberg marcha y velas mediante. Y en realidad solo le hizo un par de cosquillas al gobierno, que se preocupó más por el mal tacto de D’Elía que por la captura de votos que pudiera tener el ingeniero.
El sábado, Eduardo Aliverti refrescó, en su columna editorial un par de temas de estos que cada tanto hay que recordar, sino siempre.
Crisis energética
Esta noticia sí fue advertida por los medios, y salió a agenda pública como la amenaza más complicada que enfrenta el gobierno, como posible causa de freno del crecimiento record que viene llevando la economía argentina. Por las medidas que se están tomando, y otras que pueden tomarse, se diría que esta dimensión del problema, podría controlarse, entonces ¿no hay problema? Bueno, de lo que no se habla mucho es del corte socio económico de la crisis, del que se obtiene, por ejemplo, el dato que el 20% de los consumidores se gastan la mitad de lo producido en materia de energía, gran parte de los cuales son industrias, pero por sobre todo residencias lujosas de Capital Federal, justamente el distrito donde la energía es menos costosa que en el resto del país.
Desigualdad social
Y acá llegamos a el tema. El retroceso del desempleo está desnudando un núcleo duro de pobreza, esto es, estructural, e inelástica respecto al crecimiento (traduzco: que no se soluciona con métodos convencionales de medidas económicas y de ingeniería social). Este núcleo duro se está acomodando entre el 25 y el 30% de la población, esto incluye un sector de empleados que cobran salarios por debajo de la línea de pobreza. El crecimiento arrastra hacia arriba a un sector de la población que se pudo subir a ese tren y dejó muy, muy atrás a otro gran grupo que no puede insertarse mediante los mecanismos ortodoxos (empleo, educación, redes de contención, etc). Hoy tenemos que el 10% más rico percibe 36 veces más ingresos que el 10% más pobre, esta brecha viene aumentando y continúa ampliándose.
Por arriba tenemos el dato que solo el 10% paga el “impuesto a la riqueza”, solo 549 mil declaran ser dueños de bienes por encima de $100.000. Lo cual suena ridículo a la vista que la AFIP no ha actualizado estos valores luego de la devaluación. Es decir que cualquier perejil que tenga la suerte de ser propietario de un departamento y un auto más o menos, ya supera esa cifra, si es que el valor fiscal está actualizado. Lo cual no significa que este condimento natural no pague cuando lo intiman, que es lo que termina haciendo. Pero ¿qué pasa con aquellos que tienen mucho más de $100.000? ¿Evitan declararlo o directamente no pagan porque no se les canta? Más aún, ¿para cuando la reforma tributaria que ajuste la regresividad del sistema?
Por abajo, el dato que fue noticia en estos últimos días es el déficit de mano de obra calificada. Según el INDEC, el 15% de las empresas que salió a buscar empleados, no logró cubrir esos puestos de trabajo, y en algunos rubros esa porción llega al 40%. Esto es el resultado de la descalificación que sufrió la clase trabajadora gracias al proceso de desindustrialización iniciado en los 70s y acelerado durante la década del 90. También las sucesivas reformas del sistema educativo que privilegiaron la disminución del gasto público y el negocio de la educación privada evitaron la renovación de la mano de obra calificada que supo tener el país. Por último, los bajos salarios y las deficientes condiciones de vida (con los clásicos cimbronazos económicos que sufrimos) que minan los proyectos personales de cualquiera, expulsaron del país a los trabajadores de alta calificación (tecnológica y científica), como mi amigo Ariel y el hermano de mi amigo Martín, entre otros.
La cuestión previsional
Detrás del mega anuncio del bienvenido aumento a jubilados, queda la cuestión previsional. Un problema que crece y crece a medida que pasa el tiempo. Al día de la fecha, el 37% de los mayores de 65 años están sin cobertura previsional ni médica. Esto es así por no poder demostrar los 30 años de aporte que pide el sistema, cuyo diseño obedece al presupuesto de un mundo laboral con pleno empleo formal, lejos de la realidad actual, como veremos más abajo.
Por sistema de Reparto (estatal), hay un 30% de jubilados que tienen derecho a la jubilación mínima, pero de hecho es el 63% el que está cobrando ese monto, por la inmovilidad del sistema. El fallo de la Corte Suprema por el caso Badaro y la reacción del gobierno van en el sentido de recomponer esta pirámide que quedó achatada por el retraso en la recomposición de las jubilaciones que no son mínimas.
Se suponía que el sistema Privado (AFJP) iba a prevenir este tipo de problemas y que per se resolvería el problema de la evasión, dado que el mismo afiliado se ocuparía de que sus aportes sean efectivamente depositados en la cuenta de capitalización correspondiente. Esto no ocurrió. Hay un 40% de morosidad, es decir, de afiliados que no aportan porque salieron del circuito formal o quedaron desempleados. Sobre una población económicamente activa (PEA) de 15M, los aportantes al sistema privado son solo 4,4M. Habría 1M más entre aportantes al sistema de Reparto y Monotributistas que pagan.
Como contrapartida, el Estado resignó un caudal financiero a favor de las AFJP, que fue parte del descalabro fiscal con el que llegamos explotar en 2001. Las AFJP prestaron al Estado buena parte de esos aportes, deuda que ahora fue renegociada con quita, podría entenderse que por esto no se han puesto los ojos del gobierno en revisar este sistema. Otras delicias de AFJP: se quedan con el 33% de los aportes en concepto de comisiones y seguros; y se calcula que para un salario promedio de $849, las AFJP otorgarían una jubilación de $339, que está un 30% por debajo de la línea de la indigencia (límite de sobrevida calórica para una familia tipo). Según los últimos balances, la ganancia neta de las empresas del sistema ronda los $141M anuales. Este sistema ha tomado como ejemplo al caso de Chile, cuyo gobierno sí tiene la voluntad de cambiarlo dados los malos resultados a la vista de todos.
Tenemos al 43% de la fuerza laboral por fuera del sistema formal, quienes no tienen ninguna cobertura ni médica y de seguros … y que mañana no tendrán jubilación. Hoy cobran un 63% menos que un trabajador equivalente en el circuito formal.
Estos "desajustes" sociales deberán ser saldados por el Estado, un costo que tendremos que asumir todos de una forma u otra.
Temas de fondo
Sobre política nacional, últimamente estamos dando vueltas sobre un grupo de temas que velan, de alguna manera, problemas de fondo, de mediano y largo plazo. En cuanto a la política partidaria tenemos el partido peronista único que por ahora es el único partido (valga la rebuznancia) que parece querer y poder gobernar, con los cuatro o cinco figurones fuertes que tiene. En cuanto a la política económica se sigue un modelo agroexportador con dólar alto y poco valor agregado, aprovechando la ventaja de los precios internacionales de nuestros commodities y la pobreza “aparece” contenida (o al menos arrinconada donde pocos la vean), la clase media está contenta con la inflación controlada. Cuando los medios dan espacio a las remanidas “olas de inseguridad”, es porque no hay noticias importantes, y justamente La noticia de la semana anterior tenía que ver con el virtual lanzamiento político de Blumberg marcha y velas mediante. Y en realidad solo le hizo un par de cosquillas al gobierno, que se preocupó más por el mal tacto de D’Elía que por la captura de votos que pudiera tener el ingeniero.
El sábado, Eduardo Aliverti refrescó, en su columna editorial un par de temas de estos que cada tanto hay que recordar, sino siempre.
Crisis energética
Esta noticia sí fue advertida por los medios, y salió a agenda pública como la amenaza más complicada que enfrenta el gobierno, como posible causa de freno del crecimiento record que viene llevando la economía argentina. Por las medidas que se están tomando, y otras que pueden tomarse, se diría que esta dimensión del problema, podría controlarse, entonces ¿no hay problema? Bueno, de lo que no se habla mucho es del corte socio económico de la crisis, del que se obtiene, por ejemplo, el dato que el 20% de los consumidores se gastan la mitad de lo producido en materia de energía, gran parte de los cuales son industrias, pero por sobre todo residencias lujosas de Capital Federal, justamente el distrito donde la energía es menos costosa que en el resto del país.
Desigualdad social
Y acá llegamos a el tema. El retroceso del desempleo está desnudando un núcleo duro de pobreza, esto es, estructural, e inelástica respecto al crecimiento (traduzco: que no se soluciona con métodos convencionales de medidas económicas y de ingeniería social). Este núcleo duro se está acomodando entre el 25 y el 30% de la población, esto incluye un sector de empleados que cobran salarios por debajo de la línea de pobreza. El crecimiento arrastra hacia arriba a un sector de la población que se pudo subir a ese tren y dejó muy, muy atrás a otro gran grupo que no puede insertarse mediante los mecanismos ortodoxos (empleo, educación, redes de contención, etc). Hoy tenemos que el 10% más rico percibe 36 veces más ingresos que el 10% más pobre, esta brecha viene aumentando y continúa ampliándose.
Por arriba tenemos el dato que solo el 10% paga el “impuesto a la riqueza”, solo 549 mil declaran ser dueños de bienes por encima de $100.000. Lo cual suena ridículo a la vista que la AFIP no ha actualizado estos valores luego de la devaluación. Es decir que cualquier perejil que tenga la suerte de ser propietario de un departamento y un auto más o menos, ya supera esa cifra, si es que el valor fiscal está actualizado. Lo cual no significa que este condimento natural no pague cuando lo intiman, que es lo que termina haciendo. Pero ¿qué pasa con aquellos que tienen mucho más de $100.000? ¿Evitan declararlo o directamente no pagan porque no se les canta? Más aún, ¿para cuando la reforma tributaria que ajuste la regresividad del sistema?
Por abajo, el dato que fue noticia en estos últimos días es el déficit de mano de obra calificada. Según el INDEC, el 15% de las empresas que salió a buscar empleados, no logró cubrir esos puestos de trabajo, y en algunos rubros esa porción llega al 40%. Esto es el resultado de la descalificación que sufrió la clase trabajadora gracias al proceso de desindustrialización iniciado en los 70s y acelerado durante la década del 90. También las sucesivas reformas del sistema educativo que privilegiaron la disminución del gasto público y el negocio de la educación privada evitaron la renovación de la mano de obra calificada que supo tener el país. Por último, los bajos salarios y las deficientes condiciones de vida (con los clásicos cimbronazos económicos que sufrimos) que minan los proyectos personales de cualquiera, expulsaron del país a los trabajadores de alta calificación (tecnológica y científica), como mi amigo Ariel y el hermano de mi amigo Martín, entre otros.
La cuestión previsional
Detrás del mega anuncio del bienvenido aumento a jubilados, queda la cuestión previsional. Un problema que crece y crece a medida que pasa el tiempo. Al día de la fecha, el 37% de los mayores de 65 años están sin cobertura previsional ni médica. Esto es así por no poder demostrar los 30 años de aporte que pide el sistema, cuyo diseño obedece al presupuesto de un mundo laboral con pleno empleo formal, lejos de la realidad actual, como veremos más abajo.
Por sistema de Reparto (estatal), hay un 30% de jubilados que tienen derecho a la jubilación mínima, pero de hecho es el 63% el que está cobrando ese monto, por la inmovilidad del sistema. El fallo de la Corte Suprema por el caso Badaro y la reacción del gobierno van en el sentido de recomponer esta pirámide que quedó achatada por el retraso en la recomposición de las jubilaciones que no son mínimas.
Se suponía que el sistema Privado (AFJP) iba a prevenir este tipo de problemas y que per se resolvería el problema de la evasión, dado que el mismo afiliado se ocuparía de que sus aportes sean efectivamente depositados en la cuenta de capitalización correspondiente. Esto no ocurrió. Hay un 40% de morosidad, es decir, de afiliados que no aportan porque salieron del circuito formal o quedaron desempleados. Sobre una población económicamente activa (PEA) de 15M, los aportantes al sistema privado son solo 4,4M. Habría 1M más entre aportantes al sistema de Reparto y Monotributistas que pagan.
Como contrapartida, el Estado resignó un caudal financiero a favor de las AFJP, que fue parte del descalabro fiscal con el que llegamos explotar en 2001. Las AFJP prestaron al Estado buena parte de esos aportes, deuda que ahora fue renegociada con quita, podría entenderse que por esto no se han puesto los ojos del gobierno en revisar este sistema. Otras delicias de AFJP: se quedan con el 33% de los aportes en concepto de comisiones y seguros; y se calcula que para un salario promedio de $849, las AFJP otorgarían una jubilación de $339, que está un 30% por debajo de la línea de la indigencia (límite de sobrevida calórica para una familia tipo). Según los últimos balances, la ganancia neta de las empresas del sistema ronda los $141M anuales. Este sistema ha tomado como ejemplo al caso de Chile, cuyo gobierno sí tiene la voluntad de cambiarlo dados los malos resultados a la vista de todos.
Tenemos al 43% de la fuerza laboral por fuera del sistema formal, quienes no tienen ninguna cobertura ni médica y de seguros … y que mañana no tendrán jubilación. Hoy cobran un 63% menos que un trabajador equivalente en el circuito formal.
Estos "desajustes" sociales deberán ser saldados por el Estado, un costo que tendremos que asumir todos de una forma u otra.
3 Comentarios:
lo dicho MaxD: el 11S me tiene repodrido :D
Entiende
en el caso de las jubilaciones, es Chile el que debería mirar hacia Argentina, para aprender que será el Estado el que tenga que asumir una cantidad de pensiones mínimas que será proporcional al buen o mal negocio que se habrá hecho con el dinero durante los anhos de trabajo, y a las posibles cesantías que se produzcan.
Las pensiones por vejez, fueron separadas del sistema extra, que ahora "solo" tiene el de las pensiones mínimas con el garante del Estado. O sea se parcializó la problemática sin llegar a resolverla porque el sistema de todas formas no ha llegado a tener la covertura del antiguo.
Se privatiza la pobreza. Porque será que en Europa en los mejor repartidos, el sistema sigue siendo estatal? y eso que por esos pagos una parte importante se puede pagar una renta privada extra.
En Chile lo que nos funciona es el empleo, pero de lo que queremos hablar es de PRE- visión. Miren mejor pa'otro lado chiquillos.
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