Repartija de regalos

Llegó el momento más esperado por los niños … los regalos, tardé en envolverlos pero aquí están.

Para Gastón traje estos fósiles recolectados en el lecho del Río Huasamayo (Tilcara), unos trilobites, para que recuerde de donde vinimos.



A Ana, le ofrezco este mate, para cuando estés al volante luego de largas horas y, a las 6 de la tarde, te des cuenta que todavía falta un rato para llegar a destino. Ese mate reconforta y ayuda mucho, te lo aseguro. Visité las notas de tus experiencias por Amaicha, lamentablemente lo nuestro fue de pasada y no paramos allí, aunque bien recuerdo que estuvimos con mi viejo en mi primera visita a los valles, allá por el 86 y paramos en Amaicha (en la Hostería del ACA aunque no teníamos auto, pero era lo único que había). Solo por mencionar ese lugar te regalo también mi recuerdo de aquel momento, sobre todo un lindo rato que pasamos juntos en las ruinas de los Quilmes, cuando nos llevaron a recorrer y él se sentó a dibujar por horas mientras yo paseaba por entre las fortalezas.

Para Juan Pablo, un poco de sal de origen, aunque sus textos ya tienen buen gusto, nunca viene mal sazonar un poco cuando amerite.



Para euphoria traje la certeza de que, vayan donde vayan en el viaje que planean para julio, la luna te seguirá y te dará suerte como a Cecilia y a mí.



Ariel, te dejo estos rastros de un probable roedor y algún posible escarabajo, que seguramente durante la noche se cruzaron en los médanos de Cafayate, y la incógnita de saber quién pasó primero y si se volverán a cruzar. Nosotros seguro que sí.



Para Cattel, traje este cartel del Embalse Cabra Corral (Salta) para que sepa que, si quiere, puede “handar a cabayo” por ahí. Le dejo el dato que uncá no es el argeninismo de mil bytes sino un salteñismo que refiere a una lumbriz comúnmente usada como carnada. Le dejo la duda de si eso será importante para cabalgar.