La tragedia del soldadito boliviano
En varios medios (por ejemplo en El Ortiba y en El País) giró la siguiente noticia de gran carga simbólica: Mario Terán, el sargento boliviano que ejecutó a Ernesto “Che” Guevara fue operado de la vista por médicos cubanos en el marco de la llamada “Operación Milagro”. Este operativo, con el apoyo del “temible” presidente de Venezuela Hugo Chávez consiste en proveer asistencia quirúrgica gratuita a latinoamericanos pobres que sufren de cataratas. En los más de dos años que lleva, 600.000 personas de 28 países recobraron la vista gracias a ello.
Mario Terán vive en la indigencia en algún rincón de Santa Cruz. Allí lo dejaron olvidado el ejército y la CIA, quienes lo usaron como instrumento para apagar la vida del famoso revolucionario. Seguramente él pensaba que hacía lo correcto, de hecho también había sido el encargado de fusilar a los otros subversivos capturados en La Higuera. Probablemente pensara que era lo mejor para su pueblo, que eso traería paz y prosperidad a los suyos.
Pero no, quedó olvidado y tuvo que ir de incógnito a pedir que lo operaran en forma gratuita unos médicos extranjeros que vinieron de un país que puede brindar ayuda a sus pueblos hermanos en gran parte gracias a lo que su propia víctima hizo.
Esto se le escapó a la CIA, que tiene desde hace unos años descuidado su patio trasero. ¿Cómo no se le ocurrió al menos ayudarlo con la operación y tirarle unos cuantos dólares americanos para que no tenga que ir a pedir limosna a unos médicos cubanos?
Según recuerdo, en la tragedia griega el ciego es el oráculo, el que se entiende con los dioses, el que ve más allá. En esta versión latinoamericana de la tragedia el pobre ciego mata a su sanador, el que le devuelve la vista.
Mario Terán vive en la indigencia en algún rincón de Santa Cruz. Allí lo dejaron olvidado el ejército y la CIA, quienes lo usaron como instrumento para apagar la vida del famoso revolucionario. Seguramente él pensaba que hacía lo correcto, de hecho también había sido el encargado de fusilar a los otros subversivos capturados en La Higuera. Probablemente pensara que era lo mejor para su pueblo, que eso traería paz y prosperidad a los suyos.
Pero no, quedó olvidado y tuvo que ir de incógnito a pedir que lo operaran en forma gratuita unos médicos extranjeros que vinieron de un país que puede brindar ayuda a sus pueblos hermanos en gran parte gracias a lo que su propia víctima hizo.
Esto se le escapó a la CIA, que tiene desde hace unos años descuidado su patio trasero. ¿Cómo no se le ocurrió al menos ayudarlo con la operación y tirarle unos cuantos dólares americanos para que no tenga que ir a pedir limosna a unos médicos cubanos?
Según recuerdo, en la tragedia griega el ciego es el oráculo, el que se entiende con los dioses, el que ve más allá. En esta versión latinoamericana de la tragedia el pobre ciego mata a su sanador, el que le devuelve la vista.
4 Comentarios:
te he choreado la nota, excelente
ves??? la vida da tantas vueltas que yo ya esoty mareada!
Como en una cinta de Moebius
Hay un chamamé que dice: "la vida da muchas vueltas y en cada vuelta un amor" :D
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