viernes, septiembre 28, 2007

Un poco de política a un mes de las elecciones

A propósito de las elecciones, Artemio publicó un panorama de situación al día de hoy. Según su análisis, la tenemos a Cristina al tope con un 45,3% de intención de voto (como piso), la sigue Elisa de lejos rascando el 20%. En tercer lugar viene Lavagna/UCR con el 15%, luego el Alberto (del PJ diabólico) con el 6%, el Bulldog en quinto lugar seguido por (“cien por cien”) Sobisch. (De Pino ni noticias, je.)

Pero como dato interesante aparece un cuadro con el peso electoral de los distritos. Todos conocemos la desproporción en la distribución de la población en nuestro territorio nacional, pero a la vista de la política esto tiene una lectura interesante. La Capital y la provincia de Buenos Aires aportan el 48,7% de los electores del país. Desde el punto de vista mío tomo donde estoy parado, esto es la provincia de Río Negro y veo que solo aporta el 1,3%. Una migaja insignificante a pesar de que es la que más electores tiene entre las provincias de la Patagonia.

Esto me remitió a una nota anterior donde analizaba la situación del partido de La Matanza. Ese distrito sólo:

es el octavo distrito electoral nacional, y sobre sus 713.000 electores hábiles aporta 570.000 votos positivos al total país. Así las cosas, para igualar en votos positivos a los aportados nacionalmente por La Matanza deben sumarse los votos positivos de San Luis , Neuquén y La Rioja . Igualmente los votos positivos de La Matanza resultan el equivalente a los aportados por Tierra del Fuego, Santa Cruz, La Pampa y Jujuy sumados o por ejemplo, implican tres veces y media promedio la magnitud del voto positivo de Catamarca o Río Negro.


Este dato no es menor a la hora de cuestionar las realidades políticas de nuestro país. Da una dimensión de uno de los problemas más importantes cuando se hace un análisis político. Muchos se indignan ante el avasallante triunfo electoral que facilitan los aparatos y renuevan sus esperanzas cuando resurge alguno que dice que “va a estar bueno” tal cosa y que el cambio tal otra. Pero olvidan el país real. La Matanza es un distrito muy particular y por lo general el resultado electoral de allí se refleja a nivel nacional, no solo por su magnitud, sino también por su composición. La Matanza está mucho más lejos de San Isidro de lo que parece. La Matanza, en definitiva, es el país profundo, oscuro, de ahí salen nuestros miedos, pero también nuestras solidaridades. De ahí salen los piqueteros que cortan calles y joden a la gente como uno, están las villas y sus cumbias, está la clase media empobrecida, están varias de las bandas de delincuentes, la poli que no se queda atrás, los punteros, el clientelismo, los cartoneros, etc. Mauricio ya lo está entendiendo con vistas a su primera PRO-gestión en la Ciudad y sabe que tiene que armar su propio aparato, sino no gobierna nada.

El que quiera ganar tendrá que embarrarse las patas en La Matanza, y esto no debe leerse como parase sobre una tarima en medio de la caca. Embarrarse es meterse con los aparatos, la red de punteros, llegar a los barrios, movilizar a la gente, los colectivos, las banderas, los discursos en modo Evita, etc. Este es uno de los motivos por lo que va a ganar Cristina, nos guste o no. Tiene el aparato, tiene el carisma y tiene la modorra de toda la clase media que se queja para afuera, pero para adentro, en realidad, sabe que “está todo bien”. ¿O alguien duda que si las cosas pudieran dejarse como están quedaríamos todos felices? ¿A quién le importa La Matanza? ¿A quién le importa Río Negro?