Apostillas de las últimas vacaciones I: Cholila
Para no ser latoso con una reseña de todo lo poco que hicimos en nuestro paseo, va por cuotas:
No conocía Cholila. Es un pueblo de campo, relativamente chico pero que se nota está creciendo. Aquí, como en el resto del recorrido, había muy poco turismo por ser baja temporada. Algo a lo que no estamos acostumbrados en Bariloche, que vemos movimiento todo el año (situación relativamente nueva). Eso fue en parte una gran ventaja porque estuvimos muy tranquilos.
Todo indica que el turismo por allí está relacionado fundamentalmente con la pesca. Vienen extranjeros de muy lejos, con mucho dinero y equipos extremadamente caros para intentar atrapar truchas que han sido generosamente regadas por la provincia. Los pobres bichos son engendrados en la estación de piscicultura y su finalidad en este mundo es morder el anzuelo (siempre con mosca y licencia) del mejor postor.
No conocía Cholila. Es un pueblo de campo, relativamente chico pero que se nota está creciendo. Aquí, como en el resto del recorrido, había muy poco turismo por ser baja temporada. Algo a lo que no estamos acostumbrados en Bariloche, que vemos movimiento todo el año (situación relativamente nueva). Eso fue en parte una gran ventaja porque estuvimos muy tranquilos.
Todo indica que el turismo por allí está relacionado fundamentalmente con la pesca. Vienen extranjeros de muy lejos, con mucho dinero y equipos extremadamente caros para intentar atrapar truchas que han sido generosamente regadas por la provincia. Los pobres bichos son engendrados en la estación de piscicultura y su finalidad en este mundo es morder el anzuelo (siempre con mosca y licencia) del mejor postor.
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