miércoles, mayo 07, 2008

Mi palabra sospechosa: consenso

Porque suena al "Orden" comteano. Cuando se consigue un consenso pero se observa un contexto de gran desigualdad, es de esperarse que se logra por:

  • Efectivo control del imaginario de los sectores postergados
  • Concesión a favor de los intereses de los sectores privilegiados.

El consenso se quiebra cuando se pierden una o ambas condiciones. Es entonces que aparece el conflicto, que indicaría entonces la toma de conciencia de unos de que los están jodiendo y/o la percepción de los otros de que pueden perder alguno/s de los privilegios de los que cuentan a costas de los primeros. El consenso entonces puede conseguirse por un acuerdo, un compromiso a futuro que equilibre estas desigualdades… o a los palos. El conflicto, debidamente canalizado, abre el camino de la política, solo a través de la cual puede conseguirse un consenso del primer orden.

(…) Pero en el actual estado del conflicto campo-Gobierno el único ámbito donde pueden buscarse consensos (ex post) es entre los nuevos favorecidos. La virulencia que alcanzaron los discursos (de los ahora menos favorecidos "que ganaron mucho dinero con este Gobierno", según se reconoció en la semana) y la dificultad de dar marcha atrás con algunas medidas clave sin afectar la gobernabilidad indica que el resto de los sectores solo puede ser gobernado, no convencido. (…) Claudio Scaletta en Las culpas del campo.

(…) En definitiva, se trató y se trata del retorno de la política, de la instalación en la escena latinoamericana de una gramática que parecía olvidada y que respondía a otra época de la historia. Una rareza en un tiempo dominado por la economía y sus lógicas que suelen, por lo general, desechar lo político en nombre de las más diversas formas de la gestión y de las reingenierías sociales, esas que en los noventa nos dieron un Collor de Melo, un Menem o un Fujimori. Tal vez por eso deberíamos leer los últimos acontecimientos de la escena nacional desde una perspectiva más amplia, entendiendo el papel y el lugar que ocupó cada uno de los actores del conflicto, entendiendo que los tiempos por venir estarán signados por esta disputa que, insisto, es esencialmente política. (…) Ricardo Forster en Del terrorismo de los economistas al retorno de la política.

4 Comentarios:

Blogger Juan Pablo Melizza espetó...

Totalmente de acuerdo.

La palabra consenso me suena

a imposición,

a contrato social escrito por un tipo que no conozco y seguro que murió mucho antes de mi nacimiento,

a San Martín o Sarmiento derramando sus semblantes señeros desde cuadros colgados arriba del pizarrón de la escuela primaria, donde todos aprendíamos a multiplicar por dos a la misma hora, cantando en corito frente a la maestra. Etcétera.

El consenso mata. Es un atentado contra la voluntad. ¿Qué peligroso no?

Se puede poner muy Nietzsche la cosa si seguimos debatiendo... ¡¡¡Inquietante y maravilloso!!!

7/5/08 20:27  
Blogger MaxD espetó...

Sí, y lo más peligroso es que tiene como esa onda "new age" de "seamos todos amigos, no nos peleemos, busquemos el consenso", y después...

8/5/08 15:12  
Anonymous Anónimo espetó...

otro bastardeo socio-econo-politico de esta era. Como trasversalidad que me suena a "empomado"

9/5/08 08:05  
Blogger MaxD espetó...

Bueno, no lo quería decir así...

10/5/08 10:15  

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