martes, febrero 09, 2010

Ahora dicen que las costas no son libres

Se ve que uno vive naturalmente desinformado, y de vez en cuando se espabila.

Resulta que hoy escuchaba en la radio un lindo programa local (¡Gracias "Ley de Medios"!) llamado "Entre el silencio y el ruido" (FM 89.1 Bariloche). Alli se tratan temas especialmente relevantes para la comunidad local, con invitados de importancia que voluntariamente se dejan acribillar a preguntas de las periodistas y los oyentes. Al programa de hoy estaba invitado el intendente del Parque Nacional Nahuel Huapi, Juan Salguero, con quien hicieron una recorrida por los temas más urticantes que refieren a esta convivencia de grandes centros urbanos, una inmensa afluencia turística, la especulación inmobiliaria que esta conlleva y un corredor bioceánico con un Parque Nacional cuyo fin es preservar el medio ambiente y promover la recreación y conocimiento de la naturaleza.

Para la frutilla del postre dejaron un tema muy caliente: el del libre acceso a las costas. Todo el mundo sabe (o cree saber) que los ríos y lagos son de dominio público y que nos asiste (o asistía) el derecho a hacer usufructo público de ellos y de las costas hasta la línea de ribera en su cota máxima (o algo así). Con la proliferación del turismo, el crecimiento urbano y la instalación de los alambrados se han venido dando, cada vez más frecuentemente, conflictos entre propietarios costeros y transeúntes que pretenden aprovechar un día de recreación a la vera de un río o lago. Tal es así que en un día lindo nos amarrocamos todos en las pocas costas que quedan de acceso público o nos vamos bien lejos o pagamos un camping. Varias organizaciones sociales y organismos oficiales (entre los que se encuentra la Muni y el Parque) han tratado de contrarrestar esta tendencia a la privatización de las costas, sin demasiado éxito.

Es de entenderse, para un propietario costero que desee guardarse para sí el uso y abuso de la costa que se compró, también es de entenderse (y esto lo confirmó el intendente) que nadie quiere gente merodeando cerca de su propiedad y menos aún que dejen basura o acampen por ahí. Es así que venimos tambaleando entre el derecho del público a poder acceder y disfrutar de las costas de su ciudad y el derecho del propietario a evitarlo.

Quienes no tenemos dinero para comprarnos una costa de río o lago creíamos que nos asistía el derecho a acceder allí. Ahora bien, recién hoy me entero que estábamos equivocados. Resulta que a fines del año pasado, la Corte Suprema emitió un fallo al respecto que exime a los propietarios de un lote costero a dar servidumbre de paso y permitir el acceso a su costa. El argumento de que el río en cuestión en ese tramo no es navegable no es consuelo para los muchos que no navegamos e igual queremos poder tirar una reposera en una costa y tomar unos mates alguna de las pocas tardes de verano que tenemos en la Patagonia. El gris que se notaba en la legislación no era que la costa fuera de uso público e intangible para construcciones (cosa que está clara), sino de cómo garantizar ese uso para la población de a pie. Ahora queda claro que si el propietario argumenta que brindando ese acceso está lesionado su derecho al usufructo de su propiedad, puede alambrar hasta el medio del río y evitarse problemas.

Que las costas estén privatizadas no es novedad, la novedad son los alambrados y la explotación inmobiliaria que hace alarde justamente de la "exclusividad" en el acceso. El intendente también reveló otro dato impactante sobre la propiedad privada dentro del Parque Nacional, esto es que la gran mayoría de los 4000km de costa de río que hay dentro del parque nacional más grande del país son propiedad privada preexistente a la creación del parque. Alguna vez nos preguntamos cómo podía ser que hubiera propiedades dentro de un Parque Nacional, y es así, siempre fue así, lo que nos revela su existencia hoy son los alambres de púas y la seguridad privada.

Es así que en la llamada "Capital de los Lagos", vamos camino a que puedan verse solo en las postales.