martes, febrero 16, 2010

Torpezas cotidianas: Pateando bañeras

Anduve muy bien el domingo, entrenando para mi nuevo intento de grossitud deportiva di una linda vuelta de unos 40 km por las montañas. Claro que trastabillé, me resbalé y hasta metí la pata en el barro, pero no pasó nada, todo quedó bajo control y el paseo deportivo se disfrutó con creces, contento sobre todo porque me manejo cada vez mejor (o menos peor) entre pedreros y acantilados (ponderando mi natural torpeza de porteño).

Ya canchero ayer lo estaba bañando al pequeño Jx y se me ocurre patear con ganas el borde de la bañera con el pie desnudo y ganarme una morcilla en el segundo dedo más pequeñito. Y ahora resulta que estoy con un paquete de choclo congelado sobre el empeine, mucho, pero mucho Diclofenac y una plegaria para rogar que no me haya ni fisurado el asunto.

3 Comentarios:

Blogger F. Fabian S. espetó...

Un diagnostico y tratamiento culinario.

17/2/10 05:45  
Anonymous cattel espetó...

Es el karma montañés, si no te agarra en el pedrero se la cobra en la bañera. La próxima llevá casco y un dreamcatcher o algo por el estilo.

17/2/10 12:13  
Blogger MaxD espetó...

Casco llevé a la montaña, lo que tendría que haber hecho es usar zapatos de seguridad con puntera reforzada para bañar al pequeño, aparte del casco, claro.

17/2/10 18:27  

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