Integración corporativa
En estos días que estuve trabajando en Buenos Aires me enteré de algún chusmerío. Ya se acerca fin de año y empiezan a barajar el tema de la mentada "Fiesta de Fin de Año". Reunión edulcorada pero empalagosa donde te obligan a participar en ridículos juegos con la excusa de la "integración" entre compañeros de trabajo. Brillante idea de RRHH. Por suerte para estos casos no pertenezco formalmente a la compañia así que no tengo que sufrir estos momentos.
El viernes pasé por la oficina a última hora para reportar gastos y saludar a algunos. Dejé el auto en el estacionamiento de al lado. Como ya eran las 18hs. varios eran los que aparecían por ahí a retirarse. Algunos ex-compañeros se acercaron a saludarme y también pasó Gabriel H. quien me reconoció detrás de los cristales del vehículo e hizo un cálido gesto de saludo. Gabriel H. trabaja en el departamento administrativo y rara vez trata con las divisiones técnicas. Encima que yo aparezco pocas veces por Buenos Aires, con suerte nos cruzamos una vez por año y me sigue reconociendo.
Pero él me recuerda porque una larga noche de 2003 estábamos los dos solos (cada uno en su rincón, sin saber de la existencia del otro) en la oficina pagando sendos derechos de piso quien sabe por qué sentido de compromiso. Pero bien, ya avanzada la madrugada él buscaba alguien que pudiera pasarle un teléfono de una remisería porque no tenía como volverse a la casa y recorriendo todos los rincones me encontró. Por suerte yo tenía anotado en la agenda la remisería que usa la empresa y me aseguré que consiga un auto para poder irse. Ese solo simple gesto de solidaridad parece que quedó grabado en su memoria y cada vez que nos cruzamos me saluda amablemente incluso ahora, que hace años que no vivo en Buenos Aires.
Eso es integración, el resto es de plástico.
El viernes pasé por la oficina a última hora para reportar gastos y saludar a algunos. Dejé el auto en el estacionamiento de al lado. Como ya eran las 18hs. varios eran los que aparecían por ahí a retirarse. Algunos ex-compañeros se acercaron a saludarme y también pasó Gabriel H. quien me reconoció detrás de los cristales del vehículo e hizo un cálido gesto de saludo. Gabriel H. trabaja en el departamento administrativo y rara vez trata con las divisiones técnicas. Encima que yo aparezco pocas veces por Buenos Aires, con suerte nos cruzamos una vez por año y me sigue reconociendo.
Pero él me recuerda porque una larga noche de 2003 estábamos los dos solos (cada uno en su rincón, sin saber de la existencia del otro) en la oficina pagando sendos derechos de piso quien sabe por qué sentido de compromiso. Pero bien, ya avanzada la madrugada él buscaba alguien que pudiera pasarle un teléfono de una remisería porque no tenía como volverse a la casa y recorriendo todos los rincones me encontró. Por suerte yo tenía anotado en la agenda la remisería que usa la empresa y me aseguré que consiga un auto para poder irse. Ese solo simple gesto de solidaridad parece que quedó grabado en su memoria y cada vez que nos cruzamos me saluda amablemente incluso ahora, que hace años que no vivo en Buenos Aires.
Eso es integración, el resto es de plástico.
4 Comentarios:
Uy ni me hables! Recuerdo los "family days" y algunas noches de reuniones a las que las esposas también debemos "integrarnos". Uf! Me di cuenta que no sirvo para RRPP! A JJ lo llamaban para bailar salsa y aquel la pasaba bomba! (yo me escondía debajo de la mesa y me ponía muy nerviosa con miedo a que me obliguen a "integrarme" frente a los demás haciendo le ridículo...
El colmo fue cuando llamaron a la esposa de un gerente y dos malabaristas se tiraban unos elementos largos mientras ella estaba parada en el medio de ambos sin poder moverse frente a los comensales...
Sí, esas reuniones huelen a hipocresía devenida en dulce civilización. Una especie de imbecilidad marketinera brillantemente ridiculizada en un día de campo empresarial de un viejo capítulo de "Los Simpsons", donde la obsecuancia era la norma, y todo era rigurosamente falso, Una reverenda porquería todo eso. Trabajé en una empresa de seguridad, allí el caretaje y la "buena educación" dan la nota. Para mi la mejor integración a ese mundo de reuniones triviales consitió siempre en tener algo que escribir, algo que hacer, después, sólo me vinculaba con los que realmente me importaban. total, cuando me rajaron fue por otra cosa, no por no perder el tiempo en esa tontería. Reorganizaciones in ternas de la empresa, pero ni limpieza de no integrados a una reunión a la que todos iban de compromiso.
Y sí, el teléfono de una remisería puede abrir las puertas de una cortesía sin clara fecha de vencimiento, algo simple, sin máscaras
cuando trabaje para multinacionales (bank del Bostònn y CitigarK, tambien pudrian con esas estupideces. Claro esta que despues de declararnos amor mutuo entre todos, te daban de puñaladas por la espalda tus mismos "compañeritos". Esas idioteces solo sirven en EEUU aqui sonpara justificar a un monton de estupidos con titulos indefinidos y estudios dudosos en universidades misteriosas.
Si en vez de conseguirle el numero, lo hubieras llevado hasta la puerta de la casa, hoy estarias cenando gratis cada vez que te ve. Varias veces lo hice con un amigo y hace unos dias me regalo una memoria para la camara de 2 G.
Sabes lo que vale...?
gente agradecida.
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