Curiosidades del mundo II: Apogeo y ocaso de un pueblo poderoso
Se conoce de la existencia de un pueblo poderoso, orgulloso de su grandeza constituida a fuerza de sacrificio común. Un día, golpeados por el miedo que significó sufrir en carne propia una agresión significativa, decidieron ir a la guerra. Enviaron a sus mejores hombres, entrenados y equipados para el combate, hacia las lejanas tierras de donde provenía la amenaza. La campaña resultó ser más larga y desgastante que lo previsto pero sin embargo pronto doblegaron al ejército enemigo. Grandes loas vivaron a los triunfadores de tal gesta, que devolvía la confianza en sí mismos. Pero poco tiempo después descubrieron que a los veteranos de guerra los acosaba una extraña enfermedad. Cada hora y veinticinco minutos uno de ellos se quitaba la vida. En cuanto el Ministerio de Defensa organizó sus estadísticas descubrió el sorprendente suceso. No había forma de anticiparse, se distribuían policías entre los hogares de los veteranos pero no alcanzaban a cubrirlos a todos y siempre ocurría, cada hora y veinticinco minutos alguno se suicidaba. “¡Bang!” se escuchaba en algún barrio y ya todo el mundo sabía. Y si no sonaba el disparo, los vecinos buscaban hasta encontrar al pobre veterano colgado de algún tirante o rodeado de pastillas. El gobierno se demostró absolutamente incompetente para revertir este flagelo, incluso dispuso incautar todos los relojes del país, pero el intento resultó infructuoso. Cada exactamente una hora y veinticinco minutos ocurría otro deceso. Así continuó la maldición, porque a esa altura nadie dudaba que de eso se trataba, hasta dejar al pueblo poderoso sin toda una generación.
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