martes, septiembre 30, 2008

Efecto Simpatía V: Pobres Carpinteros

Todos desempolvamos por acá a Paul O'Neil con su odiosa y dolorosa frase:

No es justo utilizar la plata de los carpinteros y plomeros estadounidenses para rescatar bancos y empresas que han mal invertido en países de alto riesgo en busca de una rentabilidad más alta y más rápida. Si aceptaron correr el riesgo, ellos deben asumir el costo


Ahora vuelan los martillos y las llaves francesas contra el Ejecutivo que quiere hacer exactamente esto, y el Congreso no quiere pagar el pato. Haber llegado a este punto sin cuestionarse seriamente las graves falencias del modelo es el gran triunfo cultural del capitalismo, ahora controlado por el capital financiero, que si no lo para nadie, nos morfa en puchero a todos.