Un paseo por macrilandia

Estos días que estuve en Buenos Aires me permitieron tomar una observación diacrónica (fotográfica, bah, no nos pongamos académicos) del estado de mi querida ciudad. Obviamente que no la recorrí toda y lo que diga se refiere al área de Caballito cercana a Parque Centenario, que es donde me estuve moviendo habitualmente. Y si bien ya no resido ahí, y por lo tanto no puedo votar, sigo pagando el ABL (lo pagué con aumento y por adelantado). Noté lo siguiente:

1) Mucho pavimento. Eso sí, un poco descontrolado, por momentos la calle estaba abierta y por momentos no, entonces no se sabía por donde agarraban los bondis. No gran cambio con los primeros meses del gobierno anterior, que, como todos los gobiernos, salen con toda la carne al asador, después hacen la plancha hasta los meses previos a las siguientes elecciones. Igual, a modo de denuncia, cuando estaban pavimentando la calle Estivao, justo frente al parque, una máquina (de tirar asfalto) me pasó muy cerca a mí, a Jx y a otra chica que cruzábamos en ese momento. Estaba haciendo marcha atrás con ganas asomando media máquina en la bocacalle, el área de trabajo estaba sin señalizar y esa maniobra fue muy peligrosa. En cualquier obra PRO te echan por hacer eso.

2) Catastro: A metros de mi casa había una obra clandestina (sin cartel). Una reforma similar a la que hice en la mía hace un par de años, y que me pararon a semanas de arrancar por no tener cartel de obra, que pensaba tenerlo, pero la burocracia municipal fue tan pero tan grosa que si no empezaba se nos iba la gente que habíamos contratado. No hubo caso, hubo que esperar a que salieran los trámites. Bueno, ahora eso parece que no es tan necesario. No parece muy PRO, porque si algo se podía esperar de Macri es que fuera rígido con estos procedimientos. Sobre la burocracia, todavía esperamos la aprobación del conforme a obra, presentado ya durante el reinado PRO que demora ¡6 meses! Obviamente ya cumplidos y sin vista de la salida del trámite.

3) Me encontré con la gente del Museo donde doné las esculturas de mi viejo y, recordando que muchos de sus empleados habían caído en la famosa volteada, pregunté qué había pasado. Resulta que los reincorporaron a todos 4 meses después. Ellos habían seguido trabajando sin cobrar y sin seguridad laboral. Solo les reconocieron dos meses, es decir que les cagaron dos meses de laburo. No parece muy PRO. O sí, ¿A quién le importa la cultura?

4) Tránsito: Se maneja peor que cuando me fui... y lo que se podría esperar de Macri, es que al menos tenga mano dura con los infractores. Lo único que vi fue la "original" idea de plantarle calcos a los que estaban mal estacionados.

5) Parque Centenario: Mi querido parque, al que volví a correr después de tanto tiempo. Había quedado a medio reparar por el gobierno anterior y ahora parece estar terminado ... o no. Porque realmente no queda claro. Incluso ya hay infraestructura colocada a nuevo que está visiblemente deteriorada (luces rotas y tachos oxidados). Eso sí, la parte central super custodiada, con patos y todo, está bastante bien, pero cierra tempranito. De todas formas me había quedado con la imagen del Parque Rivadavia, que una vez aceptada la situación de que haya quedado enrejado, el resultado fue muy interesante.

6) Vi por TV un típico caso de corrupción: Uno que se hacía pavimentar con fondos públicos. No es muy PRO (o sí, no olvidemos que están acostumbrados a vivir del Estado)

7) Recorte de becas para educación: Flor de quiombo se armó por esto.

8) Hospitales: ¿Dónde están las gasas? Queda claro que no le importa ni la educación ni la salud pública ... y eso es bien PRO...

En definitiva, mismos vicios que gobiernos anteriores con toda la antipatía de la derecha.