sábado, agosto 29, 2009

Política de primera y política del descenso

Y resulta que ayer, a tres cuadras de mi casa, pasó la historia política del siglo XXI en América del Sur, y a unos pocos kilómetros de discutió sobre imperialismos, terrorismos, ejércitos extranjeros, bases militares, integración regional, narcotráfico, etc. Se acordó y de desacordó, pero nadie pateó el tablero ni sacó los pies del plato del Unasur. Y varios nos quedamos enganchados con los discursos que, afortunadamente, se transmitieron en directo para todos, luego charlamos sobre eso, acordamos y desacordamos. Y algunos quedamos atrapados por ese culto a las personalidades, a los líderes políticos de esta aventura regional donde siguen pasando las cosas más interesantes de este mundo que quería detenerse al entrar al nuevo milenio, y hasta fantaseamos con algún encuentro casual de alguno que se haya quedado a pasear por estas bellas tierras (últimamente bastante llovidas).

Y resulta que mañana, en esta misma ciudad que hasta ayer albergó a la cumbre del Unasur, tendremos que salir a votar para elegir supermercado. Lo que el Concejo decidió luego de sesudos estudios y airadas discusiones, tendremos que decidirlo de nuevo los ciudadanos en un plebiscito sin sentido. Los razonables reclamos de los sectores postergados por un comercio de importancia en su zona, para poder proveerse de alimento sin tener que recorrer media ciudad, su capacidad de organización y presión ha provocado una lamentable respuesta por parte de las autoridades. Porque no se elegirá si los barilochenses debemos solucionar o no este problema de un/unos barrio/s postergados, sino simplemente si el supermercado "Chango Más" (marca barata, encima eso, de Wal Mart) debería instalarse o no, o mejor dicho, si lo que decidió el Concejo está bien o está mal. Y será una mancha triste en el documento, un sellito para el olvido que, sea como fuere, se tome la decisión que se tome, no resolverá problema alguno de aquellos que debieran solucionarse con urgencia. Ojalá nos hubieran convocado para decidir sobre la instalación de un mercado comunitario regional, sobre la aprobación o no de un nuevo código de planeamiento urbano, sobre la expropiación de tierras para planes de vivienda, etc, pero no, nos convocan para elegir supermercado. De ayer a mañana nos bajan a tierra de un golpe.