Quién dijo, quién dijo

¿Pero qué es lo que está ocurriendo? Que los delincuentes están todos armados, mientras las personas decentes no pueden llevar armas y están indefensas en manos de estos señores.

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No, no fue ni Tinelli, ni Susana Giménez, ni la Legrand... ni nadie hace nada
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Fue el General Juan Domingo Perón un día de verano de 1974 durante una entrevista en Olivos con diputados peronistas que disentían con parte de las reformas al Código Penal. Publicado en Las Bases, Nº 79, 29 de enero de 1974. En Baschetti, Roberto (comp.) Documentos 1973-1976 (Vol. I, "De Cámpora a la ruptura"), La Plata, De la Campana, 1996. Citado por José Pablo Feinmann en el Nº 102 de su interminable colección de fascículos "Peronismo. Filosofía política de una obstinación argentina".

Eran épocas de inseguridad de endeveras (no tanta como la que vendría después de marzo de 1976, pero sin duda muchísima más que la que reapareció nuevamente luego de la sanción de la ley de servicios de comunicación audiovisual) y el párrafo citado es un exabrupto dentro de un largo texto de varias páginas donde se transcribe la discusión entre los diputados disidentes y el conductor del partido. Se buscaba establecer una serie de delitos (especialmente la asociación ilícita) que podrían dejar fuera de la ley a varios grupos políticos (subversivos o no), en ese sentido los diputados planteaban que el bloque había cerrado la discusión sobre el proyecto y habían ido a pedirle al conductor que interceda para que se reabra. Perón los conmina a obedecer las decisiones tomadas dentro del bloque y a apoyar a la mayoría. Disciplina partidaria ante todo.