Un pequeño papelón
No me gusta llamar la atención, pero ayer lo logré. Armé un revuelo en la farmacia tal que me hice notar con esa impunidad que me da la presencia de Jx.
Resulta que me lo cargué a cococho a Jx, como el Luke con Yoda (Marcos dixit) y partí hacia la farmacia con la necesidad de conseguir una rodillera para mi rodilla parlanchina. No calculé, con evidente impericia, que me la tenía que probar y ahí se me complicó el asunto. Porque la mochila cocochera es difícil ponérsela solo y una vez que lograste cargar al bebé (Pregunta para más adelante: ¿Cuándo se deja de ser bebé para pasar a ser niño?), mejor dejalo ahí hasta estar de vuelta, en la seguridad de un colchón. La farmacéutica me ofreció cargarlo mientras tanto, tuve que asumir el riesgo. Cuando salí del "improvisado probador" estaba la farmacia llena con todas las empleadas ocupadas y la farmacéutica atendiendo también con Jx en un brazo (Nota: sumar a la lista de cosas que se pueden hacer con una sola mano: atender una farmacia). Luego la maniobra de devolver a Jx a su posición "cococho" no resultó exitosa y el pobre quedó doblado como un libro en mi espalda, debiendo requerir ayuda de un par de clientas que repetían la palabra "pobre" muchas más veces que las que me hubiera gustado escuchar mientras le acomodábamos las piernitas y los bracitos en una posición normal. Así me retiré, sonrojado y debiendo agradecer al plantel y clientela de la farmacia por salvar a mi hijo de mi necedad. Esto será recordado seguramente durante mucho tiempo.
Resulta que me lo cargué a cococho a Jx, como el Luke con Yoda (Marcos dixit) y partí hacia la farmacia con la necesidad de conseguir una rodillera para mi rodilla parlanchina. No calculé, con evidente impericia, que me la tenía que probar y ahí se me complicó el asunto. Porque la mochila cocochera es difícil ponérsela solo y una vez que lograste cargar al bebé (Pregunta para más adelante: ¿Cuándo se deja de ser bebé para pasar a ser niño?), mejor dejalo ahí hasta estar de vuelta, en la seguridad de un colchón. La farmacéutica me ofreció cargarlo mientras tanto, tuve que asumir el riesgo. Cuando salí del "improvisado probador" estaba la farmacia llena con todas las empleadas ocupadas y la farmacéutica atendiendo también con Jx en un brazo (Nota: sumar a la lista de cosas que se pueden hacer con una sola mano: atender una farmacia). Luego la maniobra de devolver a Jx a su posición "cococho" no resultó exitosa y el pobre quedó doblado como un libro en mi espalda, debiendo requerir ayuda de un par de clientas que repetían la palabra "pobre" muchas más veces que las que me hubiera gustado escuchar mientras le acomodábamos las piernitas y los bracitos en una posición normal. Así me retiré, sonrojado y debiendo agradecer al plantel y clientela de la farmacia por salvar a mi hijo de mi necedad. Esto será recordado seguramente durante mucho tiempo.
3 Comentarios:
No seas tan duro. Sólo fue un fenómeno de atracción de féminas.
Se te fue un poco de las manos, nada más.
Pero ya estabas advertido. Los niños distraen la atención de las mujeres dentro de su zona de influencia.
Coincido con Marcos. Y te cuento una anécdota mía: cuando nació Ezequiel, Inés todavía estaba dando algunas materias que le faltaban en la universidad, así que mientras ella estaba en clases yo lo llevaba y la esperaba fuera del aula para que salga a darle de mamar. En esas caminatas por los pasillos y galerías universitarias siempre me encontraba con muchas (y lindas) chicas que se acercaban a ver la belleza del bebé. Obviamente les decía que era mi hermanito :)
Nah, mentira en alguna oportunidad, cuando me dijeron "que bonito bebé", respondí con un "yo los hago".
No te preocupes por los papelones, ya te tocarán otros.
Me imagino... esto recién empieza
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