La amistad
Si escribiera esto un 20 de julio quedaría muy cursi. Al escribirlo hoy, también, pero vale porque será una de las pocas veces que deje registrada una impresión emocional. Probablemente vengan otras.
De pequeño uno hace muchos amigos. Todos los chicos del grado del colegio, todos los chicos de la cuadra, los hijos de los amigos de nuestros padres. Todos son amigos. Jugamos, compartimos, también nos peleamos, pero uno considera amigos a todos. A veces, es cierto, por decreto de comodidad y urgencia de nuestros padres, para entretenernos (tomo nota para mi propia paternidad). Luego va siendo más selectivo. En la secundaria todo termina en un viaje de egresados con medio curso peleado con la otra mitad, o en tercios. Luego algunas de esas amistades sobreviven a la falta de cotidianeidad que dan las clases. Sigue como una inercia, a veces por nostalgia, o por no poder/saber hacer otra cosa. Al terminar el colegio uno se desconcierta, intenta estudiar en la universidad y/o trabajar, mundos nuevos. Las amistades de secundaria dan el anclaje emotivo a superar esa crisis social, el regreso al mundo de fantasía estudiantil, donde lo peor que te podía pasar es que te tomen de punto o llevarte una materia previa. Luego en la facultad y en el trabajo se construyen, a lo sumo, un puñado de amistades y digamos que solo un par son lo que puede decirse pulenta-pulenta.
Habría una ley natural que dice que la edad es directamente proporcional a la capacidad de refinamiento de amistad, o visto de otro modo, a la incapacidad de generar encuentros sociales capaces de producir amistad.
Así vamos viviendo, con estos pocos nuevos amigos que se pueden conseguir y con algunos que conservamos del secundario, esos que son casi como hermanos (esto lo digo de puro reflejo porque soy hijo único), con los que podemos contar una cantidad de años igual o mayor a la que vivimos hasta aquí. Con un poco de onda se mantienen, se alimentan, ahí están.
A mí se me ocurrió la loca idea de irme a vivir a un lugar bello, pero lejos. Me hago cargo. Y sí, extraño la familia que dejé en Buenos Aires, y por supuesto extraño a mis amigos. A esta altura (de la edad) la construcción de la amistad es un trabajo complicado, la dificultad en establecer una historia en común, un marco de referencia a compartir, todo conspira para ello. Más aún que trabajo solo. Es así que llegué y todo pasó a foja cero, la hoja en blanco. Cecilia me fue "prestando" sus amistades, que son unos cuantos. Pero siempre tienen un gustito a ajeno, a algo que no produje. Se trata de gente piola, buena, no quiero que se me malinterprete, pero me cuesta apropiármelos, no son técnicamente mis amigos. Todavía me sorprendo (gratamente, por eso lo noto) cuando alguno me trata como amigo directamente en lugar de "el novio/marido de una amiga". Me entusiasmo cuando, por ejemplo, me invitan (a mí) a hacer algo, pero me cuesta sentirlo como natural. Y así estamos…
En los últimos días pasó algo curioso al respecto. No hace mucho mi amigo Ariel abrió su propio blog en su propia página que sí hace tiempo que mantiene. Ariel se fue más lejos todavía, a Canadá, entonces el blog funciona como una forma de estar un poco más cerca (o un poco menos lejos), más o menos fue mi idea también con este sitio. Uno cuenta cosas, y algún amigo (entre todos los visitantes) cae y comenta, dice algo que le pasó, etc. Y me encuentro con un comentario inconfundible de Marcos, a quien me había cruzado cerca del 2000, creo, por Parque Centenario. Los tres fuimos compañeros del industrial y ahora estamos distanciados 1.600 km de uno y 10.000 km del otro. Una vez ubicado en el tiempo y en el espacio, le pregunto si se acuerda de mí, de inmediato me contacta por correo y nos cruzamos un par de textos, un intercambio de figuritas como para ponerse al día con las cosas básicas: estudios, familia, ¡hijos!. El reencuentro me conmovió, aunque sea de esta forma, vía blogs y correos electrónicos. No sé si es la edad, la distancia o esta dificultad para generar nuevas amistades pero me vino bien tener ese anclaje con mi pasado y con momentos compartidos junto a amigos. Ahora el desafío es generar un encuentro cara a cara. Ariel cumplió conmigo con creces cuando vino para mi casamiento en marzo de 2006. No sé cuándo podré viajar a Canadá, por ahora lo veo difícil aunque ganas no me faltan. Estaba por proponer un lugar intermedio para los tres pero temo que ese punto caiga en medio de la selva controlada por las FARC.
11 Comentarios:
De guacho nomás...
¿Hacía falta el primer párrafo justificativo?
La sensibilidad no es un crimen, y ser "cursi", si se lo es, es mejor que caer en la tentación de seguir la corriente de las "indiferencias correctas".
Completamente de acuerdo con juan pablo, ademas el final definitivamente lo alejo de la cursileria.
Muy gracioso.
Que uds dos me digan esto es grosso, siendo para mí referentes de textos de gran sensibilidad. Me alienta a hacer nuevos intentos de apertura emocional vía escritura.
Mientras nos encierren juntos si nos secuestran. Si no es un embole.
Ya lo veo en los diarios:"tres seguidores de Gary Palermo se encuentran usan google para planear un reencuentro y terminan tomando café con Ingrid Betancourt"
Cheeeee, que a fin anio nos vemos, estoy planeando una visita antes de navidad al fitz roy con mis hermanos. asi que quizas nos podemos encontrar en el sur. o si quieren en baires. podemos ir a comer un vaciopan ahi por la calle lambare o a rio rhin (rio rin?) (rio rin!!!)
Bien ahí, pero creo que Río Rin no existe más, en su lugar pusieron una especie de restorán gigante de esos con autoservicio, llevemos los tupper. De paso le convidamos a Ingrid.
No lo dudes más, es la edad y la sensibilidad que genera un hijo.
Saludos de una amiga "prestada" que valora mucho tus producciones, comentarios y pareceres :0)
No por nada saliste sociólogo! Muy buen análisis, sería cursi haber escrito lo mismo pero en un PPS con imagenes sepia de fondo!
euphoria es una de esas amistades que alguna vez se refirió a mí como "amigo" directamente a pesar de haber nacido como "prestada", pero ahora la muy turra se fue a vivir a Buenos Aires!! Snif! Otra vez la hoja en blanco.
así es cattel, los pps son la mejor manera de arruinar un buen texto. Los odio, son el peor crimen contra la literatura. Un plan orquestado por Bill Gates para vaciarnos el celebro
"Definitivamente" Buenos Aires no es "definitiva" para nosotros, uno nunca sabe, por eso recomiendo que aun no me borres "definitivamente" de tus contactos amigables.
En "definitiva", prestada o no, me sigo considerando tu amiga.
snig, me emocioné
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