"Las fuerzas armadas están con el pueblo"
Lo decía un oficial del cuerpo del ejército en la Brigada de Caracas, la noche del golpe de Estado contra Hugo Chávez, ante una multitud bolivariana ... y agregaba "no se vayan, es muy importante que ustedes estén aquí".
Esta frase nos pone los pelos de punta a los argentinos, porque es muy, pero muy rara. Entre tanta tergiversación de conceptos, valga la aclaración que cuando dice "pueblo", no se refiere a los que se visten en chombas rosas Lacoste, que hasta antes del conflicto con "el campo" se les decía "gente". Pueblo refiere a los sectores asalariados más postergados, pequeños cuentapropistas, changarines, los humildes, los pobres y los desposeídos. Y Es decir, la gran mayoría de la población. A veces podría sumarse a aquellos sectores de clase media con real y sincero (no dadivadista) compromiso social. Eso es pueblo.
La frase me impactó dentro del impresionante relato del buen documental "Venezuela: Puente Llaguno - Claves de una masacre" que pasaron por el excelente programa "Ficciones de lo real", ciclo de documentales del Canal 7 (por el rating debo ser uno de los pocos que mira Canal 7 no solo por Capusotto), hace un par de semanas pero que recién ayer pude sentarme a mirar por completo. Se trata de un relato explicativo sobre los sucesos del 11 de abril a modo de desagravio del relato presentado por los medios privados. Sucintamente: había convocadas sendas marchas ese mismo día pero en lugares separados, los opositores incitaron a sus seguidores a ir hacia el Palacio Miraflores donde se encontraba la marcha oficialista. El resultado fue de varios muertos e incontables heridos. Los medios privados lo presentaron como una masacre de opositores a manos de comandos bolivarianos, lo cual luego probó ser falso. Las bajas se presentaron en ambos bandos, a manos de la policía y de francotiradores apostados en edificios (finalmente impunes). Todo tuvo pinta de agite dentro del plan del golpe de estado. Ya había leído y escuchado del papel de los medios privados en Venezuela, sin embargo lo que vi en el documental me impactó y completó la idea.
La forma burda con la que se relataron los hechos por parte de la televisión privada me hizo acordar a cómo lo hace nuestra prensa. Lo digo en el sentido de buscar la espectacularidad de la noticia y a ser caja de resonancia del discurso dominante. Esto, en nuestro contexto, es entre patético y preocupante, pero en una situación como en la que se encontraba Venezuela en ese momento, es sumamente peligroso. Digo esto solo para no caer tan fácil en la teoría conspirativa, porque todo indica que la hubo sobre todo por el resultado: un Golpe de Estado. Básicamente lo que hizo Venevisión (único medio que pudo transmitir en directo desde el lugar de los hechos) fue editar las únicas imágenes que pudo tomar desde su ángulo al puente Llaguno, donde se veían seguidores oficialistas disparando hacia abajo y las presentaron como que lo estaban haciendo contra la multitud opositora. Lo que se probó luego fue que estaban disparando contra el blindado de la policía respondiendo a su fuego contra ellos mismos (a ese momento ya se habían producido casi todos los muertos de aquella jornada). Esto terminó siendo parte del rompecabezas de la conspiración cuyas otras piezas relevantes fueron un grupo de militares opositores preparados para dar un mensaje por cadena (en el ensayo que hicieron mucho antes que cayeran las primeras víctimas hacían mención a una masacre con tiros y muertos que estaba por producirse), un dirigente opositor que fue a tomar el canal público para evitar que transmitiera otra información, etc.
Independientemente del grado de democracia del gobierno de Chávez, sus mañas, limitaciones y deficiencias institucionales, la oposición se presenta con una calidad democrático-institucional varias veces inferior. Y en eso también nos parecemos un poco. Kirchner no es como Chávez ni la oposición argentina es como la venezolana (por suerte), pero en ambos países se termina deteriorando el debate reduciéndolo a una cuestión de dictadura, populismo y demagogia versus seriedad, seguridad jurídica y republicanismo. Cuando lo que debemos discutir es otra cosa.
Esta frase nos pone los pelos de punta a los argentinos, porque es muy, pero muy rara. Entre tanta tergiversación de conceptos, valga la aclaración que cuando dice "pueblo", no se refiere a los que se visten en chombas rosas Lacoste, que hasta antes del conflicto con "el campo" se les decía "gente". Pueblo refiere a los sectores asalariados más postergados, pequeños cuentapropistas, changarines, los humildes, los pobres y los desposeídos. Y Es decir, la gran mayoría de la población. A veces podría sumarse a aquellos sectores de clase media con real y sincero (no dadivadista) compromiso social. Eso es pueblo.
La frase me impactó dentro del impresionante relato del buen documental "Venezuela: Puente Llaguno - Claves de una masacre" que pasaron por el excelente programa "Ficciones de lo real", ciclo de documentales del Canal 7 (por el rating debo ser uno de los pocos que mira Canal 7 no solo por Capusotto), hace un par de semanas pero que recién ayer pude sentarme a mirar por completo. Se trata de un relato explicativo sobre los sucesos del 11 de abril a modo de desagravio del relato presentado por los medios privados. Sucintamente: había convocadas sendas marchas ese mismo día pero en lugares separados, los opositores incitaron a sus seguidores a ir hacia el Palacio Miraflores donde se encontraba la marcha oficialista. El resultado fue de varios muertos e incontables heridos. Los medios privados lo presentaron como una masacre de opositores a manos de comandos bolivarianos, lo cual luego probó ser falso. Las bajas se presentaron en ambos bandos, a manos de la policía y de francotiradores apostados en edificios (finalmente impunes). Todo tuvo pinta de agite dentro del plan del golpe de estado. Ya había leído y escuchado del papel de los medios privados en Venezuela, sin embargo lo que vi en el documental me impactó y completó la idea.
La forma burda con la que se relataron los hechos por parte de la televisión privada me hizo acordar a cómo lo hace nuestra prensa. Lo digo en el sentido de buscar la espectacularidad de la noticia y a ser caja de resonancia del discurso dominante. Esto, en nuestro contexto, es entre patético y preocupante, pero en una situación como en la que se encontraba Venezuela en ese momento, es sumamente peligroso. Digo esto solo para no caer tan fácil en la teoría conspirativa, porque todo indica que la hubo sobre todo por el resultado: un Golpe de Estado. Básicamente lo que hizo Venevisión (único medio que pudo transmitir en directo desde el lugar de los hechos) fue editar las únicas imágenes que pudo tomar desde su ángulo al puente Llaguno, donde se veían seguidores oficialistas disparando hacia abajo y las presentaron como que lo estaban haciendo contra la multitud opositora. Lo que se probó luego fue que estaban disparando contra el blindado de la policía respondiendo a su fuego contra ellos mismos (a ese momento ya se habían producido casi todos los muertos de aquella jornada). Esto terminó siendo parte del rompecabezas de la conspiración cuyas otras piezas relevantes fueron un grupo de militares opositores preparados para dar un mensaje por cadena (en el ensayo que hicieron mucho antes que cayeran las primeras víctimas hacían mención a una masacre con tiros y muertos que estaba por producirse), un dirigente opositor que fue a tomar el canal público para evitar que transmitiera otra información, etc.
Independientemente del grado de democracia del gobierno de Chávez, sus mañas, limitaciones y deficiencias institucionales, la oposición se presenta con una calidad democrático-institucional varias veces inferior. Y en eso también nos parecemos un poco. Kirchner no es como Chávez ni la oposición argentina es como la venezolana (por suerte), pero en ambos países se termina deteriorando el debate reduciéndolo a una cuestión de dictadura, populismo y demagogia versus seriedad, seguridad jurídica y republicanismo. Cuando lo que debemos discutir es otra cosa.
2 Comentarios:
¿Siempre hay que discutir? Hoy Zaiat, le daba vueltas al asunto, conectando con el triunfo -en los números- de Evo.
El tipo ponía de relieve como los discursos dominantes, el poder real, se apropia de significantes como la palabra "consenso" para cambiarles el significado, haciendo notar que ese 30% de Bolivianos que quieren de presidente a Micky Vainilla ahora dicen que Evo tiene que dialogar en vez de ellos acompañar.
Una forma de decir "me cago en tu mayoría" es, entonces pedir "consenso".
"Así que negocias o te hacemos un lock out o te tiramos a los medios encima o alguna otra cosa."
Lo que no me queda muy claro es como juegan los militares en Bolivia aunque no me los imagino muy distintos de los de aquí (entonces y ahora).
Lo que hay que terminar de entender que la pelea por la renta la tienen más en claro los sectores de la burguesía que las clases populares. Estas últimas pelean por sus migajas de salarios tratando que no se las morfe la inflación o alguna que otra crisis, los otros saben que pueden apretar bien fuerte el torniquete porque tienen soga. Entonces la lucha se va poniendo áspera. Nosotros como clase (sánguche) del medio tenemos que tener en claro esto para no dejarnos endulzar por la fantasía de ascender en la escala social con el derrame que dejan caer ellos.
Sobre Bolivia, hasta lo que entiendo, por ahora las FFAA en su mayoría son leales a Evo, pero bueno, eso puede cambiar.
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