Divagaciones sobre la crianza de niños VIII: Etapa Binaria
Hemos llegado a una etapa en la que el pequeño Jx aprende a manejar sus herramientas, que por ahora son dos: llorar y sonreír. Obviamente las utiliza para conseguir lo que quiere, esto es: que le den bola de alguna manera (bah, lo que deseamos todos).
El llanto ha dejado de ser tanto una manifestación de algún dolor (los famosos cólicos) para pasar a ser una señal de llamado de atención. Una vez que lo logra pasa de inmediato al modo alegre (sonrisas, carcajadas, chillidos) para retenerla. Probablemente tenga poca idea de para qué quiere esa atención (yo tampoco la tengo: ni para qué quiere él atención ni para qué la querría yo), podemos presumir que porque se hizo encima, porque tiene un pequeño gas atravesado, porque tiene sueño, porque está aburrido, etc. Pero aún no lo hemos determinado (ni él ni nosotros)
Entonces vive una etapa binaria: reclamo y complacencia que lo lleva de forma casi instantánea del llanto a la risa, y viceversa, dependiendo incluso a veces de si lo miramos o no. Esta regla tiene algunas excepciones:
a) Si tiene hambre llora hasta que morfa
b) Si tiene cólicos (que cada tanto los sigue teniendo) no hay forma de consolarlo hasta que se le pasa.
c) Si está durmiendo, por razones obvias.
También se observa un estado de transición, para mí ideal, en el cual se comunica con sus juguetes, los chupa, se entretiene solo, bah. Pero lamentablemente dura poco.
Otra manifestación de esta etapa binaria es el uso de sus brazos: hemos notado que tiene dos, pero eso no es todo, sino que el derecho lo usa para golpear y el izquierdo para acariciar. Cuando demuestra felicidad sonríe, saca la lengua y agita su bracito de pegar como loco, que si estás de ese lado, la ligás.
El llanto ha dejado de ser tanto una manifestación de algún dolor (los famosos cólicos) para pasar a ser una señal de llamado de atención. Una vez que lo logra pasa de inmediato al modo alegre (sonrisas, carcajadas, chillidos) para retenerla. Probablemente tenga poca idea de para qué quiere esa atención (yo tampoco la tengo: ni para qué quiere él atención ni para qué la querría yo), podemos presumir que porque se hizo encima, porque tiene un pequeño gas atravesado, porque tiene sueño, porque está aburrido, etc. Pero aún no lo hemos determinado (ni él ni nosotros)
Entonces vive una etapa binaria: reclamo y complacencia que lo lleva de forma casi instantánea del llanto a la risa, y viceversa, dependiendo incluso a veces de si lo miramos o no. Esta regla tiene algunas excepciones:
a) Si tiene hambre llora hasta que morfa
b) Si tiene cólicos (que cada tanto los sigue teniendo) no hay forma de consolarlo hasta que se le pasa.
c) Si está durmiendo, por razones obvias.
También se observa un estado de transición, para mí ideal, en el cual se comunica con sus juguetes, los chupa, se entretiene solo, bah. Pero lamentablemente dura poco.
Otra manifestación de esta etapa binaria es el uso de sus brazos: hemos notado que tiene dos, pero eso no es todo, sino que el derecho lo usa para golpear y el izquierdo para acariciar. Cuando demuestra felicidad sonríe, saca la lengua y agita su bracito de pegar como loco, que si estás de ese lado, la ligás.
4 Comentarios:
Futuro tenista. Dejámelo a mí. Un día de éstos lo llevo al club. Tiene un drive prometedor.
Dale! Lo hacemos plata! Y capaz que nos trae una medalla en el 2032.
Quisiera recordarles que yo fui el primero que quiso hacer guita con las patas de Jx, por lo que quiero ir prendido con el calzado deportivo.
No me dejen afuera, yo también tengo alguna idea del deporte blanco.
Eso sí, en la cancha no puede llorar para reclamar atención, además ya lo hizo Gaudio y así le va ahora.
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