martes, agosto 05, 2008

Efecto Coriolis VII: Locos por Suecia

En los últimos días me encontré con varias notas en los medios sobre la forma de vida en Suecia. Es muy cierto que la sociedad escandinava es nuestro fetiche en cuanto a ideal de vida, así que viene bien tratar de conocerla. Hay como una necesidad de psicoanalizarse por todo este quilombo del conflicto del campo, la bronca con Cristina, las crispaciones y los aluviones zoológicos. Entonces seguro los editores dijeron: tiremos un hueso a la necesidad de los lectores de soñar con una sociedad pulenta pulenta, no como esta que apesta.

Y apareció esta nota en el Página 12 y hoy aparece esta otra en Crítica. Y todo como que se tiñe de rosa, nos embriagamos ante la sueño de vivir en un mundo donde la licencia por maternidad y paternidad es de 14 meses, la educación es gratuita, los inmigrantes tienen derecho a preservar su lengua materna, nadie toca bocina ni tira papelitos en la calle, casi no hay accidentes de tránsito, el transporte público es excelente, la TV es pública y no hay sobreabundancia de publicidad, que además no es agresiva ni ofensiva, está en el sexto lugar según Transparency International (un engendro que le pregunta a los empresarios si los funcionarios públicos le piden coimas y con eso arma el ranking), las mujeres y los varones se tratan de igual a igual, son los inventores del ombudsman (defensor del pueblo) y un montón de delicias más. Eso sí, al módico costo de pagar el 50% (super-ultra-confiscatorio) de los ingresos en impuestos y de que el empleado más rico gane solo seis veces más que el más pobre.

Aún así, el corolario no cerraba. Me estaba faltando relación social, un poco de historia, alguna suciedad que haga todo esto real y no un mero cuento de hadas. Y algo de eso encontré en esta otra nota del Página 12 de una escritora y Licenciada en Trabajo Social radicada allí.

Ahí aparece un poco del barro que esperaba encontrar: que todo esto es muy lindo si tenés trabajo, que el 30% de los inmigrantes no lo tiene y no la pasa nada bien. Que del resto de los inmigrantes sí, un puñado serán excelente profesionales formados en universidades públicas de la sucia Latinoamérica y el resto laburarán haciendo lo que el sueco promedio no quiere hacer. Que la muchas de las licencias por maternidad/paternidad se extienden hasta el final ante la imposibilidad de pagar jardines de infante (no sería cierta su gratuidad), que el derecho a la lengua materna consiste en una hora semanal de estudio (que muchas veces se diluye por lo desparejo de los cursos). Que las calles son calmas en barrios de clase media pero sí existe la violencia callejera en lugares menos visibles. Que si bien el transporte es bueno, es caro y que sufrieron una huelga de los conductores de autobuses para reclamar un mínimo de descanso de 11 horas entre jornadas laborales. Los políticos se reúnen a discutir una vez por año en una islita, mientras el público sigue los debates por televisión. Que sí hay canales privados de TV que transmiten basura yanqui y que los canales públicos no se financian con impuesto, sino con una tarifa (cara) y que, por supuesto, hay "colgados" para no pagarla. Que es cierto que los más altos ingresos están gravados al 50% pero también que para evitar esto, los empresarios mudan sus empresas a Suiza o a la periferia para eludir impuestos.

Y el ingrediente principal para esta maravilla parece estar en un extendido e intensivo control social por parte del Estado, que también supo ser represivo en los años 30 con los sindicatos y hasta los 60 con políticas de "limpieza social". Todo tiene su costo.

Con estos pocos datos puedo ver, como en otros casos, que muchas sociedades tuvieron sus etapas de "limpieza" con la excusa del orden y el progreso. Algunas han logrado capitalizar esta sangre a favor de una comunidad equitativa y pujante, valga la crueldad. Pienso en nuestro país, por ejemplo en la Conquista del Desierto, cuando se barrió con los indígenas para dar paso a la civilización y nos quedamos con una clase terrateniente reaccionaria y poderosa que hasta truncó lo que debería haber sido una revolución burguesa. Y otra limpieza más reciente, la de los setenta, que sirvió en bandeja a las clases populares para la fiesta del neoliberalismo y el capital financiero.

Sin duda Suecia tiene indicadores de desarrollo envidiables para nosotros, habrá que estudiar un poco dónde se bifurcan los destinos de una nación y otra, ver qué basuras se esconden debajo de la alfombra y recién ahí aprender sobre estas otras experiencias, que, idealizadas, de poco sirven más que para autoflagelarnos.

Habrá que ser cautos también sobre dónde nos estamos parando, porque una familia de clase media, con buen trabajo y buen nivel educativo sí encontrará diferencias sustanciales en uno y otro lado, pero sobre todo en lo que respecta a los "servicios", porque no importa mucho si los da el Estado o los privados, lo importante es que los de, y bien. No importan aquí las condiciones de trabajo para los de bajos ingresos ni los outsiders y qué se hace con ellos. Es decir, una sociedad pulenta pulenta debería medirse en su capacidad de incluir a los excluidos, y no solo en cuidar y proteger a sus históricamente incluidos.

4 Comentarios:

Blogger Juan Pablo Melizza espetó...

Suecia es Cuna del Síndrome de Estocolmo, de ABBA y de Volvo...Y hay muchos suicidios, enmarcados en la depresión otoñal que pese a vivir siempre allá los perturba.

Los argentinos tenemos que aprender a mirarnos a nosotros mismos y crear un poco más desde nosotros. Nótese como los medios tienen columnas de tipo "Cómo nos miran", donde les dan demasiada importancia a la perspectiva de un medio extranjero X, sobre un tema argentino Y.

Que a Suecia le vaya bien o mal, dicho cínicamente, es asunto sueco.
Nuestro desafío como argentinos es entender de una buena vez que la autoestima devaluada no nos sirve. Empecemos a nivelar para arriba.

Buena síntesis informativa Max, racionalismo sensible.

Nos estamos leyendo.

5/8/08 22:36  
Blogger Marcos espetó...

No sé si Suecia es sólo asunto de los suecos.
Habría que descartar cualquier tipo de interconexión entre su presunta prosperidad y nuestras ciertas dificultades. Luego vemos.
Gustavo (Previously known as Galio) diria que por alli están las cosas bien porque porque aca están mal.
Revisemos las interfaces y vemos.

5/8/08 23:53  
Anonymous Anónimo espetó...

Suecia no nos dio a Roxette? Yo lo pensaría dos (y hasta tres) veces antes de irme a vivir ahí.

6/8/08 17:05  
Blogger MaxD espetó...

JPM: exactamente, se trata de ser creativos con lo que tenemos, no de querer ser lo que no somos.

marcos: Sin duda Gustavo tiene algo de razón. No sé si habrá leído sobre la Teoría de la Dependencia, algo sesentista que estudió, entre otros el ex presidente brasilero Cardoso, cuando era sociólogo. Idea que abandonamos demasiado pronto para volver a hablar de países en "vías de desarrollo" (un eufemismo sin duda), cuando entonces se hablaba de centro y periferia, como dos polos funcionales (unos dan, otros sacan, algo así).

Guty: Muy cierto. De hecho una de las notas ensalza que Suecia es uno de los principales exportadores de industrias culturales, también me acuerdo de "Europe". Deben tenerla muy clara para generar productos vendibles con miras a un mercado internacional.

7/8/08 10:16  

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