Dos años más de terapia
Ayer fuimos al cumpleaños de un niño, es decir que el lugar estaba infestado de estos pequeños seres correteando, jugando, gritando, comiendo, tirando gaseosa al piso, etc. Todo normal. De repente el foco de atención va hacia el fondo del jardín donde un chico de los grandes (unos 11 años) hacía ademanes de sufrimiento mientras se acercaba. Una nena de unos seis años le había bajado los dientes de adelante de un paletazo, accidentalmente, por supuesto. Todo mal para el pibe que ya tendrá dos dientes postizos de tan joven. Pero la nena tal vez cargará con algo muy doloroso también: la culpa. Alimentada además por el hermanito menor del damnificado que le gritó, la pateó y la puteó a más no poder. Una vez retirado el herido y familiares hacia una odontóloga de urgencia solo quedó esta niña llorando desconosoladamente durante el resto del que probablemente haya sido el peor día de su aún corta vida. A los golpes se aprende.
Los adultos terminamos filosofando sobre lo dañino e inmoral que resulta comprar juguetes caros que solo pueden disfrutar unos pocos niños en el mundo, mientras el cumpleañero trataba de recuperar sus dos flamantes muñecos de Toy Story de manos de su primo, en el que probablemente haya sido el mejor día de su aún corta vida. Difícil el asunto.
Los adultos terminamos filosofando sobre lo dañino e inmoral que resulta comprar juguetes caros que solo pueden disfrutar unos pocos niños en el mundo, mientras el cumpleañero trataba de recuperar sus dos flamantes muñecos de Toy Story de manos de su primo, en el que probablemente haya sido el mejor día de su aún corta vida. Difícil el asunto.
3 Comentarios:
Los niños pueden sacar lo mejor y lo peor de los adultos...y los dientes de otros niños también.
Es la mejor conclusión que se puede sacar de todo esto, aparte de los dientes.
Pero con que le pego, con una bocha de la canchita de los jubilados?
En unos años lo recordaran riendose...
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