La TV pública honra la memoria

Una vez más demostrando que el mejor canal de aire de la TV argentina es público, ayer en tan importante recordatorio para los argentinos, Canal 7 repitió el excelente documental de Marie-Monique Robin: "Escuadrones de la muerte: la escuela francesa" (2003).Hito del periodismo de investigación en lo que respecta a la recuperación de la memoria que tuvimos en el periodo que comenzó casi en su edición (por suerte suena anacrónico escuchar a la periodista indicando que los represores cuentan con el beneficio de una "ley de amnistía"). Su mirada extranjera (tan valorada por la cultura vernácula, que es una de nuestras principales taras) aporta esta (otra, ya sabíamos de la CIA) infeliz conexión entre el primer mundo y las dictaduras más sangrientas que se sufrieron en el continente y dos o tres datos tan reveladores como escalofriantes:

• El ejército argentino se vino preparando para el "enemigo interno" desde que los primeros franceses vinieron con su manual de Argelia e Indochina debajo del brazo, ya hacia fines de la década del 50. Llegando a utilizar incluso la excelente película La Batalla de Argel (Pontecorvo, 1965) como ilustración del método de exterminio.
• Esta continua capacitación por casi 20 años, junto con el aprendizaje de la experiencia de las dictaduras vecinas, le dieron a la versión argentina esa característica particularmente feroz, silenciosa y eficaz.
• Esta vectorización hacia el "enemigo interno" fue apoyada y alentada por el ejército francés y sus servicios de inteligencia. Como con el caso de la CIA, las democracias (cada vez más liberales) del primer mundo libraban su guerra fría en el tercero sin importar las consecuencias. Lo novedoso es que también se "ensusiaron las manos", ya que:
  
• El aporte francés no fue solo logístico, de capacitación o de inteligencia sino que incluyó personal de las OAS como apoyo de campo.
• Y no parece dejar lugar a dudas la aprobación y apoyo de la primera plana del gobierno francés en lo que respecta al despliegue de la represión en toda la región. Esto sería un dato más para la confirmación que el plan de las naciones del primer mundo consistía en hacer tierra arrasada para la instauración de una economía de mercado ultraliberalizada (con predominio del capital financiero) sin obstáculos de tipo político, militante ni sindical. La situación posterior de desigualdad, pobreza y exclusión indica que lo han logrado.