Todo mal con el Indec
Las segundas partes nunca fueron buenas, y esta no es la excepción. Como saga de la nota anterior, veamos una nueva serie de incidentes lamentables y lastimosos para el instituto que mide los indicadores socioeconómicos del país.
Un mal final
Empezando por el final, hoy podemos saber que hay un nuevo director general, aunque interino: Mario Krieger. El viernes, el director general Lelio Mármora habría presentado una carta de renuncia indeclinable por motivos de salud, el mismo se encontraba de licencia por enfermedad, que pidió cuando se desató la primera situación tensa entre el instituto y Economía: la renuncia de Graciela Bevacqua. En efecto, Mármora sufre de hipertensión, enfermedad que se agudiza en situaciones de stress, y esta es una de esas. En Economía se hicieron los osos (como que no habían recibido la carta) hasta ayer lunes.
El numerito mágico de febrero
El último escandalete fue la publicación del 0,3% de aumento del IPC. Nuevamente los capítulos de controversia fueron Turismo y Salud. En el primero, al igual que en enero, se basaron en precios recolectados por la Secretaría de Turismo y no por el Indec, arrojando la improbable baja del 3,9% durante febrero. En el segundo caso, se consideró una baja del 0,6% justificada por la suspensión del aumento de los planes con copago (esto es correcto). Ciertamente, aquellos que tenían un plan integral X y pagaban un dinero Y, podían seguir pagando el mismo dinero Y por un plan Z con copagos. Ahora bien, un plan integral (llamémosle X’ porque parece distinto de X pero no) iba a tener un costo de Z+22% en el peor de los casos. Se presupuso que todos los usuarios de sistemas prepagos optaron por el plan Z con copagos pero no gastaron un solo peso en consultas. Esto suena mal aunque metodológicamente habría que esperar a ver cómo se comporta la población ante las nuevas opciones, algunos comentan que el 70% se quedó con el plan integral con aumento (esto evidencia la buena salud económica de la clase media).
Juguemos de nuevo al IPC de sensación térmica
No hagan esto en sus casas porque está mal y se pueden lastimar la cabeza. Supongamos, como lo hicimos en la nota sobre el IPC de enero, que el subgrupo “Transporte Público por Turismo” subió un 20% respecto a enero (nuevamente una bestialidad, pero si asumimos que este aumento no fue imputado en enero, lo hacemos en febrero). Este subgrupo pesa 0,585% en el IPC, entonces representaría un aumento de 12 centésimas en el IPC.
El tema con Salud es complejo y aún no se sabe a ciencia cierta cómo ha sido el comportamiento del público con estas nuevas condiciones, situación que remite a un debate mucho más importante, veremos luego. De mínima, habría que considerar un 5% de aumento, que surge de un cálculo basado en datos de la Superintendencia de Servicios de Salud de la Nación sobre la cantidad de visitas y prácticas anuales que se registraron. Esto sería lo correspondiente a lo que se abonaría por copagos para mantener el ritmo de atención médica que se tenía con el plan integral, aunque se espera que baje, porque cuando uno tiene que pagar lo piensa dos veces. De máxima habría que imputar el 22% que es el mayor aumento que las prepagas tienen autorizado para mantener el plan integral. La división “Servicios para la salud” pesa 5,5% en el IPC y ensayando la bestialidad de imputar todo este aumento a esa porción, tendríamos un incremento de 27 centésimas de mínima y la friolera de 1,21% como máximo.
Tenemos entonces un amplio espectro de IPC de sensación térmica que podría ir desde 0,7% a 1,63%. Fíjense que este divertimento puede dar de comer a cualquiera, pero no sirve de mucho, es solo un divertimento. Insisto: el único que puede medir bien esto es el Indec, nadie más puede hacerlo mejor, ni Macri, ni Lavagna ni Doña Rosa ni vos ni yo. Por eso es importante para nosotros que se resuelva el conflicto.
Se acabó el juego
Como decía este es un divertimento para nosotros, clase media que nos entretenemos con los numeritos y que evidentemente, estamos dentro del juego de seducción por parte del gobierno, por eso se apunta a los temas de Turismo y Salud privada, típico consumo de clase media. Y aún con esos aumentos, está todo bien…
Para los pobres que no se pelean por el IPC, tenemos la CBA ó Canasta Básica Alimentaria, y sabemos que arrojó un aumento del 0,8% para febrero, es decir que sigue subiendo a un ritmo alarmante y esto es lo realmente preocupante. Sobre el sesgo de esta última medición, la Asociación de Consumidores Libres (que tiene como asociado conocido al respetable ex diputado Héctor Polino) publicó un índice que recolectan ellos en función de 38 productos de la CBA, que arrojó 0,95% de aumento, que es un poco más que el del Indec, pero evidentemente no cubren la cantidad de productos ni de muestras que el instituto público.
El cuadro preocupante en el Indec se completa hacia atrás con la renuncia de Clyde Trabuchi (jefa de Bevacqua, nota al márgen: nombres curiosos los de los estadísticos) a fines del mes pasado, quien habría quedado resentida por no poder defender a su subalterna. La ninguneada de Economía consistió en decirle que no aceptaba una renuncia de alguien que ya no estaba en el puesto. Había vencido hacía treinta días, pero es común que esto ocurra y la renovación llegue más tarde.
Previo a esto, Felisa Miceli “canchereó” con un error grueso que se detectó en la publicación de los resultados de la Balanza Comercial. Había un error en la consideración de precios internacionales de exportación (se los consideró a la baja cuando todo el mundo sabe que nuestros commodities aumentaron y no dejan de hacerlo), flor de moco.
¿Qué estamos discutiendo?
El debate que se oculta detrás de la discusión de si debe imputarse el 22% o nada de aumento al servicio de medicina privada, es sobre el sistema de salud que tenemos. Es un desastre, tenemos excelentes profesionales mal pagos y el gasto en salud (relativo al PBI) no es bajo. Sin embargo, los hospitales públicos (que siguen siendo de lo mejor que hay) se caen a pedazos, carecen de insumos y están saturados. El que puede escapar de eso debe pagar una cuota altísima para no usarlo, y cuando necesita de veras el servicio, en el mejor de los casos conseguirá cobertura haciendo juicio, sino caerá en el Hospital Público. El Ministerio de Salud de la Nación no tiene ni un solo hospital bajo su órbita, gracias a las políticas de los 90, cuando se transfirió todo a provincias. Entonces se deteriora el debate discutiendo si la medicina privada es más o menos cara cuando lo que tenemos en realidad es un sistema se salud ineficiente, individualista y perverso… y deberíamos apuntar a un sistema integral, mayormente público.
Cuidemos al INDEC
Porque si estamos discutiendo por el IPC es porque estamos bastante bien, todos los gobiernos han metido los dedos en el Indec para manipular los resultados (el último que recuerdo fue el mismo Lavagna que ahora dice que esto es poco serio), que está muy mal, por cierto y que contribuye a dañar a un instituto público que, en términos generales, trabaja correctamente.
En cuanto a lo institucional, es menester defender al INDEC, bancar a la gente que trabaja allí y la está pasando muy mal. El INDEC debe ser estatal y debe seguir brindando la información que necesitamos. Una de las propuestas alternativas es dotarlo de plena autonomía, asignarle un presupuesto y garantizar el nivel profesional y académico del instituto. Si es por cuestionarlo, el camino es empujar hacia su autonomía y reafirmación de su carácter estatal y público.
Enlace: Cuidemos al INDEC
Un mal final
Empezando por el final, hoy podemos saber que hay un nuevo director general, aunque interino: Mario Krieger. El viernes, el director general Lelio Mármora habría presentado una carta de renuncia indeclinable por motivos de salud, el mismo se encontraba de licencia por enfermedad, que pidió cuando se desató la primera situación tensa entre el instituto y Economía: la renuncia de Graciela Bevacqua. En efecto, Mármora sufre de hipertensión, enfermedad que se agudiza en situaciones de stress, y esta es una de esas. En Economía se hicieron los osos (como que no habían recibido la carta) hasta ayer lunes.
El numerito mágico de febrero
El último escandalete fue la publicación del 0,3% de aumento del IPC. Nuevamente los capítulos de controversia fueron Turismo y Salud. En el primero, al igual que en enero, se basaron en precios recolectados por la Secretaría de Turismo y no por el Indec, arrojando la improbable baja del 3,9% durante febrero. En el segundo caso, se consideró una baja del 0,6% justificada por la suspensión del aumento de los planes con copago (esto es correcto). Ciertamente, aquellos que tenían un plan integral X y pagaban un dinero Y, podían seguir pagando el mismo dinero Y por un plan Z con copagos. Ahora bien, un plan integral (llamémosle X’ porque parece distinto de X pero no) iba a tener un costo de Z+22% en el peor de los casos. Se presupuso que todos los usuarios de sistemas prepagos optaron por el plan Z con copagos pero no gastaron un solo peso en consultas. Esto suena mal aunque metodológicamente habría que esperar a ver cómo se comporta la población ante las nuevas opciones, algunos comentan que el 70% se quedó con el plan integral con aumento (esto evidencia la buena salud económica de la clase media).
Juguemos de nuevo al IPC de sensación térmica
No hagan esto en sus casas porque está mal y se pueden lastimar la cabeza. Supongamos, como lo hicimos en la nota sobre el IPC de enero, que el subgrupo “Transporte Público por Turismo” subió un 20% respecto a enero (nuevamente una bestialidad, pero si asumimos que este aumento no fue imputado en enero, lo hacemos en febrero). Este subgrupo pesa 0,585% en el IPC, entonces representaría un aumento de 12 centésimas en el IPC.
El tema con Salud es complejo y aún no se sabe a ciencia cierta cómo ha sido el comportamiento del público con estas nuevas condiciones, situación que remite a un debate mucho más importante, veremos luego. De mínima, habría que considerar un 5% de aumento, que surge de un cálculo basado en datos de la Superintendencia de Servicios de Salud de la Nación sobre la cantidad de visitas y prácticas anuales que se registraron. Esto sería lo correspondiente a lo que se abonaría por copagos para mantener el ritmo de atención médica que se tenía con el plan integral, aunque se espera que baje, porque cuando uno tiene que pagar lo piensa dos veces. De máxima habría que imputar el 22% que es el mayor aumento que las prepagas tienen autorizado para mantener el plan integral. La división “Servicios para la salud” pesa 5,5% en el IPC y ensayando la bestialidad de imputar todo este aumento a esa porción, tendríamos un incremento de 27 centésimas de mínima y la friolera de 1,21% como máximo.
Tenemos entonces un amplio espectro de IPC de sensación térmica que podría ir desde 0,7% a 1,63%. Fíjense que este divertimento puede dar de comer a cualquiera, pero no sirve de mucho, es solo un divertimento. Insisto: el único que puede medir bien esto es el Indec, nadie más puede hacerlo mejor, ni Macri, ni Lavagna ni Doña Rosa ni vos ni yo. Por eso es importante para nosotros que se resuelva el conflicto.
Se acabó el juego
Como decía este es un divertimento para nosotros, clase media que nos entretenemos con los numeritos y que evidentemente, estamos dentro del juego de seducción por parte del gobierno, por eso se apunta a los temas de Turismo y Salud privada, típico consumo de clase media. Y aún con esos aumentos, está todo bien…
Para los pobres que no se pelean por el IPC, tenemos la CBA ó Canasta Básica Alimentaria, y sabemos que arrojó un aumento del 0,8% para febrero, es decir que sigue subiendo a un ritmo alarmante y esto es lo realmente preocupante. Sobre el sesgo de esta última medición, la Asociación de Consumidores Libres (que tiene como asociado conocido al respetable ex diputado Héctor Polino) publicó un índice que recolectan ellos en función de 38 productos de la CBA, que arrojó 0,95% de aumento, que es un poco más que el del Indec, pero evidentemente no cubren la cantidad de productos ni de muestras que el instituto público.
El cuadro preocupante en el Indec se completa hacia atrás con la renuncia de Clyde Trabuchi (jefa de Bevacqua, nota al márgen: nombres curiosos los de los estadísticos) a fines del mes pasado, quien habría quedado resentida por no poder defender a su subalterna. La ninguneada de Economía consistió en decirle que no aceptaba una renuncia de alguien que ya no estaba en el puesto. Había vencido hacía treinta días, pero es común que esto ocurra y la renovación llegue más tarde.
Previo a esto, Felisa Miceli “canchereó” con un error grueso que se detectó en la publicación de los resultados de la Balanza Comercial. Había un error en la consideración de precios internacionales de exportación (se los consideró a la baja cuando todo el mundo sabe que nuestros commodities aumentaron y no dejan de hacerlo), flor de moco.
¿Qué estamos discutiendo?
El debate que se oculta detrás de la discusión de si debe imputarse el 22% o nada de aumento al servicio de medicina privada, es sobre el sistema de salud que tenemos. Es un desastre, tenemos excelentes profesionales mal pagos y el gasto en salud (relativo al PBI) no es bajo. Sin embargo, los hospitales públicos (que siguen siendo de lo mejor que hay) se caen a pedazos, carecen de insumos y están saturados. El que puede escapar de eso debe pagar una cuota altísima para no usarlo, y cuando necesita de veras el servicio, en el mejor de los casos conseguirá cobertura haciendo juicio, sino caerá en el Hospital Público. El Ministerio de Salud de la Nación no tiene ni un solo hospital bajo su órbita, gracias a las políticas de los 90, cuando se transfirió todo a provincias. Entonces se deteriora el debate discutiendo si la medicina privada es más o menos cara cuando lo que tenemos en realidad es un sistema se salud ineficiente, individualista y perverso… y deberíamos apuntar a un sistema integral, mayormente público.
Cuidemos al INDEC
Porque si estamos discutiendo por el IPC es porque estamos bastante bien, todos los gobiernos han metido los dedos en el Indec para manipular los resultados (el último que recuerdo fue el mismo Lavagna que ahora dice que esto es poco serio), que está muy mal, por cierto y que contribuye a dañar a un instituto público que, en términos generales, trabaja correctamente.
En cuanto a lo institucional, es menester defender al INDEC, bancar a la gente que trabaja allí y la está pasando muy mal. El INDEC debe ser estatal y debe seguir brindando la información que necesitamos. Una de las propuestas alternativas es dotarlo de plena autonomía, asignarle un presupuesto y garantizar el nivel profesional y académico del instituto. Si es por cuestionarlo, el camino es empujar hacia su autonomía y reafirmación de su carácter estatal y público.
Enlace: Cuidemos al INDEC
3 Comentarios:
No sabía de estas opiniones locales. En Buenos Aires creo que en general se defiende la salud pública, pero puede que sea de la boca para afuera, porque queda bien.
De la peli, lamento defraudarte, recuerdo el título (más cerrado, en realidad) pero o no la vi o no me acuerdo del final.
Hoy sale en una nota en Clarín que reproduce una encuesta de la Universidad Di Tella sobre la estimación de la inflación real por parte de la población, que sería del 15% anual. Un mamarracho, preguntarle a la gente cuánto cree que aumentó cuando la mayoría ni sabe sacar un porcentaje. Estas son las boludeces a que da lugar el daño institucional que le realizaron al Indec.
Mejor preguntar ¿cuántos aviones creen que se caerán en Aeroparque con un radar fallado?
Las distorsiones en el Indice de Precios al Consumidor son intencionales y fueron producidas por una corporación que está enquistada dentro del propio INDEC desde hace décadas, tal como descubrí cuando estuve a cargo de la supervisión de las fórmulas de cálculo que se utilizan para el IPC.
Tengo pruebas documentales de ello, y las he aportado a los Jueces Nacionales en lo Penal Económico, en Comodoro Py, y a un tal Eduardo Mondino, que cobra su sueldo como Defensor del Pueblo de la Nación.
Los corruptos jueces y defensores de pueblos cajonean, y el corrupto periodismo argentino desde hace años le viene ocultando esta verdad y la existencia de estas pruebas a la población.
El descrédito del IPC y del INDEC no se inicia en enero de 2007 con la remoción de Graciela Bevaqua, como nos quieren hacer creer ahora el propio INDEC y los periodistas sinvergüenzas.
Esa funcionaria desplazada -tal como la gente recordará- ya venía difundiendo índices fraudulentos con los gobiernos de Duhalde y del propio Kirchner. Ni a la Bevacqua ni a la Trabuchi les agarró de repente un prurito de honestidad. Ninguna de las dos defendió nada que no sea su propio poder y el poder de la corporación.
La verdad es que el actual enfrentamiento entre el gobierno de Kirchner y la corporación que maneja al INDEC desde adentro, no es más que una lucha por el poder.
Una pelea para ver quien manda en la cocina del IPC, y en cada una de las "quintitas" como les llaman allí a las direcciones de las que se adueñan como señores feudales.
Gracias a la información de la que se adueñan, los quinteros (dueños de esas "quintitas") pueden vender datos confidenciales al mejor postor en el mercado negro internacional, un negocio que mueve muchos millones de dólares.
La autonomía del INDEC que en este Blog alguien propone, significaría dejar en manos de una peligrosa corporación el control absoluto de la información estadística del país, ya que el uso abusivo que le dan a la ley 17622 y decreto 3110 los torna inmunes a la justicia.
Tomemos un ejemplo de la vida real: Un corrupto director del INDEC llamado Luis Beccaria se asocia con un igualmente corrupto Licenciado Edgardo Lifschitz, y entre los dos se apropian de los datos confidenciales de todas las empresas del país. Lifschitz se considera tan dueño de esa información confidencial que él y su secretaria Mara cargan todo en el automóvil particular de Lifschitz que está estacionado en el subsuelo del Ministerio de Economía de la Nación y se lo llevan a su casa, desde donde lo podrán vender en el ya mencionado mercado negro de información. Este escriba hace la denuncia ante la justicia y el Juez le dice que no puede hacer nada, porque si ordena un allanamiento en la casa de Lifschitz y encuentra información estadística confidencial estaría él mismo (el juez) cometiendo una violación del secreto estadístico, porque la ley dice... "ni autoridades judiciales o de servicios oficiales ajenos al SEN".
Esa corporación es peligrosa sobre todo porque de la misma manera que cuando les conviene benefician durante años a los gobiernos con índices más bajos que la realidad, también si les conviene pueden llegar a hacer lo contrario, complotando contra un gobierno democrático.
Pueden extorsionarlo, e inclusive causar una debacle económica para producir la caída de ese gobierno o para favorecer a algún sector de la oposición que les haya pagado más u ofrecido nuevos beneficios para los miembros del grupo.
Durante los años en que fui funcionario del INDEC pude ver que los trabajadores de base es decir encuestadores, calculistas, data entries, etc. son ajenos a estas manipulaciones, pero en cambio la dirigencia del gremio ATE actúa desde siempre en complicidad con la corporación que maneja al INDEC, y por lo tanto ha traicionado y sigue taicionando a los propios trabajadores y al pueblo argentino ocultando las pruebas del fraude.
El país desde hace décadas no tiene estadísticas confiables, y los que dicen que el problema es nuevo y consiste en el retoque de las prepagas y el turismo, le está faltando el respeto a la verdad y a la inmensa mayoría de la población a la que se viene engañando intencionalmente desde hace años en los rubros más sensibles y más necesarios.
De la misma manera, quienes justifican este tipo de fraudes con el supuesto beneficio de ahorrar divisas estafando a tenedores de bonos, o estafando a los trabajadores en las paritarias son moralmente tan poco decentes como los propios autores del fraude.
El periodismo que no cumple el deber de informar, y particularmente cuando hay existencia de pruebas contundentes, es igualmente deleznable y deberían sentir vergüenza ante la sociedad, y ante sus propias familias.
Fuentes:
Filmación año 2002 - Ante veinte periodistas de distintos medios (Revista Noticias y un largo etcétera), ninguno de los cuales lo difundió, Graciela Vebacqua confesó graves irregularidades en el IPC. (luego y por muchos años más, no tuvo reparos en seguir colaborando con el fraude).
Filmación al periodista Nélson Castro (del Grupo Clarín) acusando de corruptos a periodistas que no difunden las pruebas contra el INDEC (aunque Nelson Castro es él mismo uno de los que oculta dichas pruebas, es decir que hace lo mismo que hacen aquellos a quienes él acusa de corruptos).
Metodología oficial sobre el actual sistema de IPC, que omite adrede especificar más de la mitad de los artículos que componen la canasta, de manera de poder incluir o excluir artículos cada mes según les convenga o les dé la gana. (puede verse en la biblioteca del INDEC)
Documentos que se están publicando en internet www.nuevosdocumentos.com.ar y que jamás han podido ser desmentidos por el INDEC, ni por ninguno de los periodistas que por corruptos o por boca de ganso, como Marcelito Zlotogwiazda, defienden la corrupta y fraudulenta metodología del IPC del INDEC.
Denuncias a presentar próximamente que determinan actitud de sabotaje, asociación ilícita y falsedad ideológica por parte de los autores y firmantes de un panfleto propagandístico llamado "Cuidemos al INDEC", y así mismo actitud de sabotaje y mendacidad por parte del economista Claudio Lozano, y de dirigentes de la oposición como Mauricio Macri, Roberto Lavagna, el senador radical Gerardo Morales y otros aprovechadores.
Ricardo Natalucci
Ex técnico del INDEC 1980-1985
Ex supervisor de metodología y fórmulas de cálculo del IPC 1982-1985
Ex analista y desarrolador de sistemas informáticos Ministerio de Economía de la Nación 1985-1986
Ex asesor Secretaría de Planificación de Presidencia de la Nación 1986-1991
Escritor
Investigador de temas económicos y sociales
Desfarzantizador
DNI: 8.464.942
Tel.: (54-11) 15-5347-2390
email.: ricardonatalucci@gmx.de
Estimado Ricardo,
Muy interesantes las opiniones y datos que me deja aquí. Evidentemente cuenta con información que no es de conocimiento público, o al menos no fue de suficiente difusión.
Aparte de la información pública, lo único con lo que yo contaba era con comentarios de conocidos a través de la Facultad de Ciencias Sociales y quienes se desempeñaban a nivel técnico, que, como ud. indica, son ajenos a las manipulaciones.
Si ud. lo desea, yo le agradecería mucho si me pudiera enviar información adicional a esta dirección: blog.maxd@gmail.com, de forma de poder analizarla y difundirla como corresponde. Gracias
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