Mañana elegimos gobernador. Los dos candidatos que, dicen, vienen cabeza a cabeza son Carlos Soria (FPV) y César Barbeito (Concertación para el Desarrollo), ambos frentes con buena relación con el gobierno nacional. Río Negro es la única provincia monógama (según la simpatica tipología del sociólogo Andrés Malamud es una provincia gobernada por un único partido desde 1983, el otro caso es Neuquén con el MPN, fuera de eso el resto de las provincias tuvieron al menos una alternancia) que le queda a la UCR.
El perfil de los candidatos es complejo, ambos tienen experiencia de gestión en ejecutivo: Soria como intendente de Gral. Roca y Barbeito como ministro de educación de Saíz, actual gobernador y padre de la criatura, por tanto representa una continuidad de su gestión, imposibilitado de ser reelecto nuevamente.
Lo que más ruido me hace es que ninguno de los dos pasa la prueba de los DDHH de la democracia: Soria es conocido por haber conducido la SIDE durante la corta presidencia de Duhalde (incluyendo el tristísimo episodio del Puente Pueyrredón) y Barbeito participó en un gobierno que hace poco más de un año liquidó a tres pibes casi al hilo.
Río Negro tiene sus particularidades y complejidades (como todos los territorios) que pueden resumirse en: extensión este-oeste con escasa comunicación y poca población, fundamentalmente dos actividades económicas bien disímiles y terrotorializadas que la sostienen : fruta en El Valle y turismo en la Zona Andina y cierta vanguardia en materia legislativa (son legales los métodos anticonceptivos orgánicos: vasectomía y ligadura de trompas, los anticonceptivos de emergencia: "pastilla del día después" y la "muerte digna"), entre otras características.
Un cambio de signo político probablemente le de un aire de renovación aunque tengo mis dudas se traduzca en una mejor gestión. Las críticas por el supuesto "clientelismo" del que haría uso y abuso la UCR no me preocupan demasiado, eso creo ya haberlo aprendido, no obstante es un ítem que es tenido muy en cuenta negativamente entre ciertos sectores semi-ilustrados de clase media que lo ven como un flagelo. Después de todo ese despliegue territorial ya sabemos cumple una función fundamental de contención hacia los sectores más desfavorecidos. De todos modos, el PJ sabrá también hacerlo a su modo.
Lo que sí veo es que Saíz está sufriendo el desgaste de una gestión cuyos desaciertos destacan demasiado por encima de los logros y a mi entender, probablemente por su propio hastío y cansancio, ya no enamora políticamente. Me parece que ahí le faltó el "poner el cuerpo", algo tan devaluado en tiempos de abuso de los mass media, pero fundamental en política tradicional.
Bariloche, principal centro urbano de la provincia, dicen, será la que decida la elección, mala noticia para Saíz. Bariloche sufre una especie de complejo de aislamiento y abandono. Estamos en la otra punta de la sede de Gobierno y hay la sensación (que no puedo desmentir) que no está atendida por la provincia a la altura de su aporte poblacional y económico. No puede soslayarse la complejidad de la gestión alrededor de una ciudad de estas características y de la logística de comunicación y de traslado (que esperemos se resuelva pronto con la paulatina pavimentación de la famosísima Ruta 23).
Esta sensación se vio agravada por los hechos de violencia policial de junio de 2010 y por la erupción del volcán en junio de este año. En ambas ocasiones, la reacción del gobernador pareció tardía y hosca, a la defensiva. El intendente Cascón fue a poner el cuerpo al barrio donde la policía provincial (es decir, que no la conduce el intendente) y lo corrieron a piedrazos, pero fue, estuvo, y eso debe valorarse. Al gobernador se le escucharon más declaraciones de defensa del accionar policial que de disculpas y condolencias para con las familias de las víctimas. Esta situación sin duda le habrá hecho perder simpatía entre los sectores populares (desde entonces el radicalismo tiene vedado el ingreso a ciertos barrios), aunque probablemente le haya apuntado algún poroto entre los sectores más fachos de clase media, quienes festejaron la matanza. La erupción del volcán tampoco lo trajo para esta punta, cuando por ejemplo al senador Pichetto (perdedor en las elecciones anteriores y sin competir en esta ocasión) sí se dejó ver y tomó nota rápidamente de las necesidades (se podrá discutir si luego fueron debidamente satisfechas). La sensación de esta falta de soporte provincial esta vez sí impactó sobre los sectores medios vinculados a la industria turística y por "derrame", a los trabajadores. Esa oportunidad tampoco mereció el cuerpo del gobernador, aunque nobleza obliga, en materia impositiva hubo más consideración a nivel provincial que nacional, pero no fue comunicado con eficacia.
En fin, complicado ... mañana se termina toda esta elucubración y veremos cómo sigue la historia.